Durante años, la pequeña localidad albaceteña de Pozo Lorente, con apenas 386 habitantes, fue uno de tantos pueblos condenados al olvido por las políticas de recortes del Partido Popular. En 2014, su colegio rural fue cerrado por decisión del Gobierno de María Dolores de Cospedal, que justificó la medida con la excusa de que solo quedaban seis alumnos matriculados. En la Castilla-La Mancha del PP, los pueblos pequeños no merecían una escuela pública.
Pero esta historia, afortunadamente, no se quedó ahí. Ocho años después, en 2022, el colegio volvió a abrir sus puertas gracias al impulso del Ejecutivo de Emiliano García-Page, que ha apostado con hechos por recuperar los servicios públicos esenciales en el medio rural. Y ahora, en julio de 2025, el municipio da un nuevo paso al frente con la inauguración de la escuela infantil ‘Las Amapolas’, un centro para niños de 0 a 3 años que completará la oferta educativa local y comarcal.
Lo que Pozo Lorente ha vivido en esta última década no es solo la recuperación de dos centros educativos, sino el ejemplo de una política radicalmente distinta: frente al cierre, la reapertura; frente al desmantelamiento, la inversión; frente al desprecio por lo rural, una apuesta firme por la igualdad de oportunidades, vivas donde vivas.
La nueva escuela infantil, que ha sido inaugurada este lunes por el presidente regional, representa un nuevo recurso para las familias de la comarca y un ejemplo del modelo de región que defiende el Gobierno socialista. Uno que, tal y como ha asegurado el propio García-Page, no deja a nadie atrás por su código postal.
Durante el acto, el presidente ha defendido que la educación es una condición básica para fijar población y garantizar el futuro de los pueblos. «Lo primero que se pregunta una pareja que quiere tener hijos es dónde está el colegio», ha señalado, subrayando que el acceso a servicios educativos no puede depender del tamaño de un municipio ni del bolsillo de las familias.
La guardería forma parte de una estrategia más amplia que ha creado ya 3.600 plazas en toda Castilla-La Mancha a través de convenios con 144 municipios. En palabras del presidente, «lo que sale caro no es invertir en educación, sino la ignorancia», y ha defendido que un niño con acceso temprano a la formación «es garantía de progreso».
Más niños desde la reapertura del colegio cerrado por Cospedal
La alcaldesa de Pozo Lorente, María Llanos Valero, ha recordado que desde la reapertura del colegio rural en 2022, el número de alumnos se ha duplicado y el centro cuenta hoy con tres aulas. Sobre la nueva escuela infantil, ha destacado que representa «un paso muy importante para mantener la igualdad de oportunidades en los pueblos» y ha pedido apoyo para responder a la creciente demanda de vivienda que vive el municipio: «Es muy triste decirles a las familias que no podemos hacer frente a esta necesidad».
Por su parte, el consejero de Educación, Amador Pastor, ha valorado que estas escuelas no solo ayudan a la conciliación familiar, sino que también generan empleo femenino y contribuyen a fijar población. Ha adelantado que en los próximos días se presentarán nuevas medidas dirigidas a otras etapas educativas, especialmente la Formación Profesional.
El presidente de la Diputación de Albacete, Santi Cabañero, también ha sido tajante y ha criticado que el PP justificara el cierre de escuelas como Pozo Lorente diciendo que era «vivir por encima de nuestras posibilidades», una lógica que condenó al exilio forzado a muchas familias rurales.
Modelo más justo y equilibrado
La reapertura del colegio en 2022 y la puesta en marcha ahora de esta escuela infantil no son simples gestos administrativos, sino actos profundamente simbólicos que devuelven el derecho a la educación a sectores de la población que fueron despojados de ella durante años.
Lo que el Gobierno de Emiliano García-Page está construyendo en Pozo Lorente y en tantas otras localidades rurales de Castilla-La Mancha no es solo infraestructura educativa, sino un modelo de región más justo, más equilibrado y más humano, que rechaza los discursos tecnocráticos que usó el Partido Popular para justificar la marginación de los pueblos.
Mientras Cospedal hablaba de «eficiencia» y «optimización de recursos», lo que se ejecutaba era un plan sistemático de desmantelamiento de servicios esenciales en las zonas rurales. Cierre de colegios, supresión de urgencias médicas, eliminación de rutas escolares, recortes en transporte y ayudas sociales. Un modelo que entendía que los pueblos sobraban.
En cambio, con Page se ha demostrado que la política también puede ser la herramienta que reconecta Castilla-La Mancha con su esencia rural, y que permite a las familias vivir, criar a sus hijos y desarrollarse profesionalmente en el lugar donde han decidido hacerlo, sin tener que marcharse forzosamente a una capital de provincia o a una gran ciudad.