Donald Trump tendió una alfombra roja a su homólogo ruso, Vladímir Putin, en los primeros meses de este año; una oportunidad de oro para abandonar el belicismo y regresar a la comunidad internacional por la puerta grande. Inició unas negociaciones a medida, a dos bandas y sin los europeos, y le ofreció en bandeja el reconocimiento de las partes conquistadas de Ucrania, todo mientras abroncaba en público en la Casa Blanca al líder ucraniano, Volodímir Zelenski.
Pero el presidente ruso lo rechazó todo, a pesar de que era su mejor opción de cantar victoria en una guerra estancada tras tres años sin avances relevantes. ¿Por qué lo hizo? Una de las explicaciones más repetidas es que tenía esperanzas de romper el statu quo y las defensas ucranianas con una gran ofensiva este verano.
Esa ofensiva comenzó a finales de mayo, con el buen tiempo. Pero mes y medio después no ha ofrecido resultados relevantes. Los rusos intentan tomar sin éxito la ciudad de Sumy, clave para abrir un frente en el norte de Ucrania y eventualmente tomar Kiev, objetivo primario de Moscú. El ejército invasor mantiene la presión en el frente este, y logra avances hacia las ciudades clave de Pokrovsk y Kostyantynivka, pero a un alto coste en vidas de soldados.
«El Ejército ruso está ahora mismo en el apogeo de su campaña ofensiva de verano, que llevaba meses planeando. Está usando todos los medios a su disposición para capturar todo el territorio posible antes de que se termine», explica a EL PERIÓDICO una fuente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania. Durará hasta finales de septiembre u octubre, previsiblemente. «Más allá de la línea del frente, este verano los rusos están sembrando el terror en las ciudades ucranianas usando drones y misiles de forma constante. Después de haber ampliado sus capacidades de producción militar, cada día llevan a cabo ataques récord con centenares de drones y misiles balísticos y de crucero sobre las grandes ciudades».
Capacidad militar rusa mermada
Rusia tiene que pagar cada vez más dinero a los reclutas para convencerlos de que vayan al frente. Bonos de hasta tres millones de rublos, unos 34.000 euros, que son una auténtica fortuna en algunas partes del país, todo según blogueros militares rusos citados por el diario ‘The Washington Post’. Sin embargo, según las mismas fuentes, la tipología del soldado que se manda a la lucha a Ucrania deja mucho que desear, e incluye muchos hombres con adicciones, escaso entrenamiento, mayores y en baja forma física.

Un soldado ucraniano en la región de Donetsk 22-02-2022 / EFE. MOSCOU/LVIV| Diego Herrera – Europa Press / Europa Press
El Ejército consiguió recuperar el territorio ruso invadido por Ucrania en la región rusa sur de Kursk gracias en parte a la labor de más de 10.000 soldados norcoreanos. Pero con esas incorporaciones limitadas de fuerzas extranjeras, Rusia no va a conseguir desequilibrar la balanza. El frente está, a grandes rasgos, congelado a lo largo de una línea que anexiona aproximadamente el 20% del territorio ucraniano, pero que se ha movido poco. Incluye las zonas conquistadas en las primeras semanas del conflicto o en la invasión de 2014: Crimea y parte de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.
Hay problemas generalizados también en el mando de las tropas. Hace unos meses, tuvo mucha repercusión en las esferas militares rusas la muerte en combate de dos soldados rusos especializados en guerra de drones. Se llamaban Dmitry «Goodwin» Lysakovsky y Sergei «Ernest» Gritsai.
Murieron en una misión suicida en el frente a la que les envió su comandante, Igor Puzyk, tras una discusión con ellos. Los dos habían grabado un vídeo para distribuir si fallecían, como esperaban, en esa misión de «una sola dirección». Denunciaban en él que el comandante era corrupto y se llevaba dinero del tráfico de drogas a las que son adictos muchos soldados rusos.
Trump carga contra Putin
Trump aparenta estar perdiendo la paciencia con Putin. «Es una guerra que nunca debió haber ocurrido y mucha gente está muriendo. Debería terminar. No sé, Putin nos cuenta muchas tonterías. Siempre es muy amable, pero lo que dice no tiene sentido», afirmó este martes el mandatario ante la prensa, tras una llamada infructuosa entre ambos.
El giro del presidente republicano se toma con escepticismo en Kiev. «Ucrania ha aprendido la lección de que la retórica no es suficiente. Vemos que Trump se ha vuelto más duro en sus declaraciones públicas sobre Rusia, pero lo que esperamos es que esas declaraciones vayan acompañadas de armamento y sanciones. Si no, se tratará de mera retórica sin sentido», opina en conversación con este periódico Mykola Beleskov, analista bélico de la fundación Come Back Alive. «La guerra entre Rusia y Ucrania es una clásica de desgaste, que se gana en función del apoyo externo y la cohesión internacional».
La semana pasada, el Pentágono anunció la suspensión de armamento a Kiev para evitar carencias en el arsenal estadounidense, incluidos los misiles Patriot que protegen los cielos ucranianos de los misiles rusos y norcoreanos. Tras ello, las autoridades ucranianas convocaron al encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, John Ginkel, para advertir de que cualquier posible retraso o cancelación en el envío de armas sólo serviría para «alentar al agresor», informa Europa Press.
Ahora, Trump niega que él diera orden alguna en ese sentido, y asegura que las armas seguirán llegando de forma fluida a Ucrania. Mientras, Moscú lanza críticas suaves contra el mandatario americano. «La Administración Trump es muy contradictoria en sus acciones y declaraciones, esto no facilita el trabajo», ha dicho el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov. «No obstante, perseveramos en nuestro empeño de avanzar en el camino hacia la normalización de nuestras relaciones».
Moscú no quiere irritar del todo al nuevo presidente americano y provocar más sanciones. Por eso el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, se ha reunido este jueves con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, para presentarle un «enfoque diferente» para la solución de la crisis de Ucrania.
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