Es verdad, muy cierto, que el catalán Marc Márquez Alentá (Ducati), de 32 años, ocho veces campeón del mundo, el piloto que se adueñó de la MotoGP desde su bautismo grande, en 2013, cuando arrasó con todos, todos, los récords de precocidad, hasta que se lesionó seriamente en el accidente de Jerez-2020, no necesita a nadie que le anime para probar lo imposible, para dar espectáculo, para intentar el ‘más difícil todavía’.
Pero ayer, en Sachsenring (Alemania), José Luis Martínez, su asistente de siempre, su amigo, fue quien disparó el botón rojo que activa el riesgo en el cerebro privilegiado del campeonísimo y propicio con su frase de última hora (“juégatela, ¡que caray!, juégatela”) en la misma parrilla de salida. Y Marc se la jugó, provocando la algarabía en las gradas y la felicidad extrema, suprema, en los millones de telespectadores.
“Repito: yo corro para la gente, para que los aficionados disfruten, no solo conmigo, con todos. Todos queremos hacerles felices”, me comentó Marc nada más abandonar, feliz, muy feliz, ayer tarde, la sala de prensa del trazado alemán de Sachsenring, donde este mediodía (14.00 horas, DAZN) intentará ganar, por 12ª vez, el Gran Premio de Alemania.
Ducati ha celebrado, esta misma mañana, el GP 200 de Marc Márquez en MotoGP. / DUCATI CORSE / ALEX FARINELLI
Cuando hablamos de riesgo, de filigranas, de salvadas, de forzar más que los demás, de asumir, como fue el caso de ayer en la prueba al ‘sprint’ de 15 vueltas (el GP de hoy será de 30 giros), demasiados riesgos para tan poca recompensa de puntos es, sencillamente, porque Marc Márquez Alentá es así y así se siente. De orgulloso.
“Lo he dicho siempre, asumir riesgo, ser valiente, a veces hasta inconsciente, viene de serie, viene de niño, viene de siempre, lo único que hay que hacer es, de vez en cuando, tunearlo, tunearme, retocar algo, tocar algún clic y, sí, analizar, tal vez más veces de lo que lo hago, que no vale la pena forzar una caída y una lesión para ganar o superar a algún rival. Pero, repito, es superior a mí, viene de serie”, comentó el muchacho de Cervera (Lleida), ahora residente en Madrid.
Marc salió mal, horrible. Se fue largo en la primera curva de derechas a la que llegó primero. “El neumático trasero tardó en calentarse y no quería caerme, por eso decidí abrirme”. Pasó quinto en la primera vuelta. Le precedieron Marco Bezzecchi (Arilia, 1º), Franco Morbidelli (Ducati, 2º), Fabio Quartararo (Yamaha, 3º) y Fabio Di Giannantonio (Ducati, 4º). En la tercera vuelta de las 15 que tenía la carrera, ya pasó cuarto; en la siguiente, tercero; en la novena, ya era segundo y, en la última superó a ‘Bezz’.
“¡Claro que me acordé de José (Luis Martínez) cuando estaba pegadito a Marco, por descontado”, reconoce el ocho veces campeón del mundo. “Y decidí arriesgar, tenía a mis rivales por el título muy atrás (Àlex acabó 8º y Bagnaia, 12º) y si había llegado hasta el colín de Bezzecchi era porque iba más rápido que él. Y, además, el riesgo era mínino, si me caída solo perdía unos puntitos, nada, pocos, podía forzar”.
“Un piloto no puede salir a la pista temiendo que va a caerse. No puede, no debe y, además, así sería imposible correr. Vale la pena arriesgar porque el subidón al cruzar la meta tras esa remontada te recompensa del riesgo que has tomado».
Y forzó con otra vuelta de ensueño ‘a lo Marc Márquez Alentá’. “Bueno, bueno, ahora podemos sonreir, salió bien la jugada, pero estoy trabajando para controlarme esos arrebatos de furia, de agresividad. Guiarse por el instinto es peligroso en un deporte de riesgo, de mucho riesgo y, por tanto, me gustaría tener ese punto algo más controlado. Y en ello estoy, sí”.
Una cosa sí tiene clara Marc, no solo para la carrera larga de hoy en su jardín preferido. “Un piloto no puede salir a la pista temiendo que va a caerse. No puede, no debe y, además, así sería imposible correr. Vale la pena arriesgar porque el subidón al cruzar la meta tras esa remontada te recompensa del riesgo que has tomado. Pero, insisto, ha salido bien y no siempre, yo mismo soy un ejemplo a lo largo de mi ya larga carrera, te sale como esperas”.
Riesgos ante ‘Bezz’
Marc reconoce que las primeras vueltas de la carrera al ‘sprint’, tras su despiste en la primera curva tras una buena salida y pasar quinto en la primera vuelta, fue un auténtico calvario. “Todo lo veía faltan y por eso quise hacer un reset durante esos giros, pues me preocupaba el neumático trasero, veía líneas blancas, peligrosa al estar la pista mojado, por todas partes, me inquietaba pisar los pianos…¡un desastre, vamos!”
Una vez todo en su sitio, Marc decidió forzar, irse probando, hasta llegar a ‘Bezz’. “Y, sí, para pasar a Marco tuve que arriesgar más que en las anteriores vueltas. No era suficiente rodar en los 29 bajos o 28 altos en los que había girado para superar a Fabio y ‘Diga’, pero valió la pena forzar´. El último giro muy, muy, emocionante y, repito, cruzar la meta primero, todo un subidón de adrenalina”.
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