Tal y como advertían los pronósticos, la llegada de una DANA ha puesto patas arriba buena parte de la Península Ibérica en cuestión de horas. En Cataluña, uno de los territorios más golpeados por el fenómeno, el frente de tormentas desató este sábado una situación crítica que llevó a activar el aviso rojo en prácticamente todo el territorio por riesgo de lluvias torrenciales. En los momentos álgidos del episodio, el temporal dejó imágenes de ciudades inundadas, carreteras cortadas y más de un millar de intervenciones de los bomberos en apenas seis horas. La magnitud del temporal obligó a paralizar completamente la circulación ferroviaria durante buena parte de la tarde, dejando tirados a cientos de pasajeros, y provocó importantes retrasos en decenas de vuelos en el aeropuerto del Prat. Tras el paso de la tormenta, muchas actividades pudieron reanudar su actividad. Pero en muchas regiones aún se trabaja para hacer balance de las incidencias. En Vilafranca del Penedès, por ejemplo, el hospital comarcal ha tenido que que cerrar sus puertas tras quedar completamente inundado y sin suministro eléctrico. Los bomberos buscan a dos personas desaparecidas en Cubelles (Barcelona) tras el desbordamiento del Foix.
La situación vivida este sábado roza lo excepcional en todos los sentidos. Los meteorólogos llevaban días alertando sobre la llegada de una DANA (depresión aislada en niveles altos, también conocida como gota fría) que podía dejar lluvias torrenciales. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió el jueves un aviso especial de fenómenos adversos ante la magnitud prevista del episodio. El Servei Meteorològic de Catalunya, por su parte, activó varios avisos por intensidad y acumulación de lluvia de cara al sábado. Pero la realidad acabó superando incluso los peores pronósticos. Alrededor del mediodía, mientras las imágenes por radar mostraban cómo la tormenta iba cogiendo fuerza, Meteocat activó avisos rojos generalizados en prácticamente todo el territorio catalán. Poco después, Protecció Civil envió un mensaje de alerta a todos los móviles de Cataluña, pidiendo a la ciudadanía extremar precauciones, evitar desplazamientos innecesarios, actividades al aire libre y no acercarse a ríos ni a zonas potencialmente inundables.
Aspecto de una calle del centro de Barcelona este sábado durante la tormenta que ha caido en la capital catalana. / EFE/Alberto Estévez
El resultado ha sido un frente de tormentas con abundante aparato eléctrico que ha barrido el territorio del sur al norte dejando registros de hasta 150 litros en Vilafranca del Penedés, donde la lluvia ha inundado calles enteras y hasta ha obligado a cerrar el hospital comarcal. También destacan los más de 100 litros por metro cuadrado que han caído en tan solo dos horas en el Parque Natural de Els Ports de Tortosa y en la localidad de Canaletes. En Igualada el agua ha invadido por completo varias calles, arrastrando desde coches hasta mobiliario urbano. En la costa de Calafell se ha observado una gigantesca tromba marina. En Solsona el viento ha llegado a los 86 km/h y la lluvia ha anegado varios bajos y una residencia de ancianos. En Suria varios coches se vieron arrastrados por la crecida del río Cardener, por suerte sin nadie dentro de esos vehículos. En Vilanova i la Geltrú se ha inundado todo el paseo marítimo. Las imágenes estos incidentes circulan ahora a toda velocidad por redes sociales pero, según advierten las autoridades, aún falta mucho para completar el balance real tras esta tormenta en Catalunya.
Una tormenta aupada por la crisis climática
Los meteorólogos coinciden en que la irrupción de esta DANA resulta sorprendente por varios motivos. El primero es su temporalidad, ya que este tipo de fenómenos suelen aparecer a finales del verano o principios de otoño y no en pleno mes de julio. El segundo, y quizás el más llamativo, es la violencia con la que ha descargado sobre Cataluña, pero también sobre Aragón, el País Vasco y partes de la Comunitat Valenciana. En este caso, explican los expertos, todo apunta a que las condiciones meteorológicas extremas de este verano podrían haber creado las condiciones propicias para la tormenta perfecta. Sobre todo porque este episodio se ha formado tras varias semanas de temperaturas persistentemente altas, con valores muy por encima de lo habitual para la época, y mientras el Mediterráneo sufre una ola de calor marino sin precedentes. Según apuntan varios estudios, la combinación de aire cálido acumulado y un mar recalentado favorece la formación de tormentas más intensas y generalizadas como la vivida este sábado.

El río Cardener a su paso por Súria, en la comarca del Bages (Barcelona) / LORENA SOPENA – EUROPA PRESS
El paso de la DANA por Cataluña ha dejado descargas torrenciales en decenas de municipios mientras que en otros no se ha registrado ni siquiera una gota. Esto también se explica por las dinámicas del temporal, que debido a su carácter cambiante es muy difícil predecir de forma exacta su recorrido. Por suerte, tras unas horas de tensión, el frente tormentoso se ha acabado desplazando hacia el norte y, poco a poco, perdiendo intensidad. Para mañana domingo no hay ningún aviso meteorológico activado ni en Catalunya ni en el conjunto de la Península Ibérica y todo apunta que será, en el mejor de los casos, una jornada marcada solo por las nubes y algún chubasco disperso.
Suscríbete para seguir leyendo