así se puso en riesgo al primer ministro

La mayor brecha de seguridad del Estado sueco no la ha causado, como muchos pueden intuir, la Rusia de Vladímir Putin, sino Strava, una aplicación de fitness donde los usuarios comparten sus rutinas de entrenamiento. Sí, ha leído usted bien: una aplicación de fitness.

Según una investigación del diario sueco Dagens Nyheter, al menos siete agentes de la Policía de Seguridad (Säpo), encargada de prevenir atentados terroristas y actos de espionaje, publicaron durante diez años sus recorridos en esta red social que acumula más de 125 millones de usuarios en todo el mundo.

El problema es que los agentes en cuestión trabajaban como escoltas del primer ministro y de la familia real. De hecho, las más de 1.400 actividades de entrenamiento subidas a la plataforma que analizó el rotativo sueco geolocalizaron a la familia real, al primer ministro conservador Ulf Kristersson, a sus predecesores socialdemócratas, Magdalena Andersson y Stefan Löfven, y al líder del nacionalpopulista Demócratas de Suecia, Jimmie Åkesson.

Cinco de los siete escoltas implicados acompañaron en todo momento a Kristersson, un runner habitual. Filtraron sin pretenderlo la dirección de su residencia privada, su ubicación, su itinerario, sus desplazamientos tanto nacionales como internacionales. Compartieron sus marcas personales en las pistas de esquí en los Alpes, en el neoyorquino Central Park, en bases militares de Malí, en las proximidades de la frontera ucraniana de Polonia, en la costa de Tel Aviv.

También en la ciudad noruega de Bodø, donde en junio del pasado año salió a correr con su homólogo noruego, Jonas Gahr Støre, y con Alexander Stubb, el presidente finlandés.

Las rutas, según el diario sueco, siempre empezaban y terminaban cerca de un hotel de cuatro estrellas. Los agentes las filtraron, como mínimo, en 35 ocasiones distintas. La primera, en 2015; la última, hace apenas unas semanas. Sus perfiles en la aplicación eran públicos. Es decir, que cualquiera habría podido acceder a la información.

Por fortuna, Dagens Nyheter se adelantó. En el peor escenario, las filtraciones podrían haber servido para atentar contra la vida del primer ministro. Sobran precedentes. En 2023, el servicio de inteligencia ucraniano asesinó a un excomandante de submarino ruso que, del mismo modo que los escoltas de Kristersson, tenía el perfil público en Strava.

Suecia también ha sufrido en el pasado el asesinato de líderes políticos. Un primer ministro, Olof Palme, y una ministra de Exteriores, Anna Lindh. El recuerdo sigue presente.

Y con todo, no es el único escándalo que salpica a la Policía de Seguridad. Otros agentes del Säpo filtraron la ubicación de las vacaciones secretas del rey Carlos XVI Gustavo y de la reina Silvia. Una isla privada en Seychelles o una villa de lujo en la Riviera francesa.

Según la cadena TV4 Nyheterna, la primera alerta sobre el peligro potencial de Strava llegó hace siete años. Nadie actuó.

“¿Cuántos escándalos de seguridad puede soportar Suecia?”, se pregunta la columnista Amanda Sokolnicki en las páginas del Dagens Nyheter. “La semana pasada, [la revista] Expo reveló que un familiar cercano a un ministro había estado activo en círculos nazis y violentos. Y que la Policía de Seguridad aparentemente no tenía conocimiento de ello, a pesar de los riesgos de seguridad que esto podría implicar”.

“Pero quienes pensaban que no podía ponerse más embarazoso se equivocaban”, añade Sokolnicki. “Porque no solo el asesor nacional de seguridad ha filtrado información sensible. También los guardaespaldas personales de Ulf Kristersson lo han hecho”.

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