A solo doce días de que Ana Julia Quezada comparezca como investigada ante el juez por amenazar de muerte a la madre de Gabriel Cruz, el magistrado del juzgado de instrucción 1 de Almería ha imputado también a su novia por el mismo delito y la ha citado a declarar en calidad de investigada.
Según ha sabido el canal de investigación y sucesos de Prensa ibérica, la pareja de Quezada, una joven catalana que ya declaró como testigo en la investigación abierta a un funcionario y un cocinero de la cárcel de Brieva (Ávila) por hacer favores a la asesina a cambio de sexo, será interrogada por el juez el próximo 23 de julio, el mismo día que está citada Ana Julia.
El juez ha tomado esta decisión después de escuchar el testimonio de una exreclusa, una mujer nacida en Canarias que compartió cárcel con Ana Julia y que el pasado 2 de junio aseguró ante el magistrado que escuchó «muchísimas, muchísimas, muchísimas veces» cómo la asesina de Gabriel amenazaba en voz alta a Patricia Ramírez.
«Cuando Patricia (Ramírez) salió por primera vez en una rueda de prensa en televisión, la pareja de Ana Julia me llamó y me dijo que si ‘por esa señora’ se le estropeaba su relación se la iba a pagar», declaró un tarotista, testigo en el caso
«Está loca por ella»
En su declaración, esta expresa añadió que, al no poder salir de prisión, Ana Julia es capaz de «usar a personas» para que hagan daño a la madre del niño en su nombre. Señaló a la pareja de la asesina como «la única persona» que podría atentar contra Patricia Ramírez siguiendo los deseos de Quezada porque «está loca por ella».
La relación de Ana Julia con la joven catalana se remonta al año 2020, según contó la novia de la asesina a la Guardia Civil en su declaración. En diciembre de ese año, de acuerdo con su propio relato, inició una relación de amistad con Ana Julia Quezada, cuando le escribió varias cartas a la cárcel donde cumplía condena. Luego, «aproximadamente desde 2022» , según su versión, las dos iniciaron una relación sentimental. Fue entonces cuando ella empezó a viajar una vez al mes hasta Ávila para tener encuentros íntimos (vis a vis) con la asesina.
300.000 euros
La exreclusa que advirtió a la madre de Gabriel de que Ana Julia quería atentar contra su vida, también declaró ante el juez de Almería que escuchó cómo la asesina dijo en voz alta, en el salón de la cárcel de Brieva, que «necesitaba quitársela de enmedio (a la madre de Gabriel), que le iba a hacer la vida imposible, que no podía más y que la iba a matar«.
Ese odio se «agravó», según su declaración, cuando Patricia Ramírez denunció públicamente, en mayo de 2024, que Ana Julia Quezada estaba grabando desde prisión y de forma clandestina un documental sobre su crimen. La denuncia de la madre paralizó el documental, por el que Ana Julia Quezada confiaba cobrar 300.000 euros. Fue en esos días cuando, según esta testigo, la asesina dijo que «se tenía que vengar» de la madre.
«Me las va a pagar»
Además de lo que ha contado la excompañera de cárcel de Ana Julia, otro testigo relacionó, en su declaración ante la Guardia Civil, a la novia de Quezada con las amenazas a la madre de Gabriel. Se trata del tarotista que, durante meses, se ganó la confianza de la pareja de la asesina, asidua a sus servicios para adivinar el futuro.
Además de confesarle que Ana Julia tenía un teléfono escondido en su celda gracias a los favores que varios funcionarios hacían a la asesina a cambio de sexo, la pareja de Ana Julia también habló con el tarostista sobre la madre de Gabriel, según declaró el hombre.
En una de sus llamadas al tarotista, la novia de Ana Julia «le refirió amenazas de esta hacia Patricia Ramírez», tales como: «te juro que me las va a pagar todo lo que está haciendo para que pare ya de hablar», segun el sumario del caso.
«Estropear su relación»
El vidente también aseguró ante la Guardia Civil que «cuando Patricia (Ramírez) salió por primera vez en una rueda de prensa en televisión, la pareja de Ana Julia me llamó y me dijo que si ‘por esa señora’ se le estropeaba su relación se la iba a pagar«.
La madre de Gabriel, a través de su abogada, Verónica Guerrero, puso en conocimiento del juez de Almería lo declarado por ese testigo. La respuesta del magistrado no se ha hecho esperar, ha decidido extender la imputación por las presuntas amenazas a la novia de la asesina.