Irene González (Esplugues de Llobregat, 1996) dejó la selección en 2022 por decisión propia. Tres años más tarde, la jugadora regresa con ganas de recuperar su espacio en el conjunto de Jordi Valls en la primera prueba del seleccionador al frente del equipo. El Mundial de Singapur será el primer compromiso que asuma la atacante del Astralpool Sabadell tras su regreso al cuadro nacional.
¿Tras un tiempo apartada del equipo nacional con qué ánimo llega al Mundial?
Muy motivada. El objetivo está claro, este equipo siempre va a ganar. Hace demasiados años que no ganamos un mundial y en las últimas veces nos hemos quedado a las puertas. Creo que tenemos equipo para superar este último reto. A nivel personal estoy muy contenta y con muchas ganas de aportar todo lo que pueda dentro y fuera del agua. Estoy deseando darlo todo, jugar a mi 100% y ayudar al equipo en todo lo que esté en mi mano.
¿Cómo está siendo la vuelta al equipo? ¿Con qué perspectiva la está afrontando?
Desde el 2022, cuando yo me fui, el equipo ha cambiado mucho. Jugadoras y staff. Las jugadoras más jóvenes que han subido lo están haciendo con confianza. El equipo está muy unido y hay mucha ilusión tanto por parte de las mayores como de las más jóvenes porque todas queremos mejorar. Estamos abiertas a cambiar ciertas cosas y a mejorar en ciertos puntos de juego aunque implique hacer concesiones. Eso sumado a la confianza que nos brinda el staff la verdad es que me hace tener muchas ganas de empezar a jugar.
¿Qué ha cambiado para que quiera volver?
Creo que he crecido mucho como jugadora y al final en el equipo ahora el juego es más dinámico y ya no jugamos solo con la boya. Hemos diversificado el juego, hacemos muchas más entradas uno contra uno y movemos más el balón. Al final, eso es lo que yo transmito en el agua, es lo que aporto en el club en el que juego porque yo soy así, y creo que también por eso me han dado la oportunidad de volver. Mi juego es más de contraataques, buscar el uno contra uno, entradas en ataque y al final ser muy sólida en defensa.
¿Las entradas y salidas de jugadoras en el equipo de algún modo modifican el entendimiento que tienen como bloque?
Yo creo que siempre hemos sido un equipo fuerte, pero lo que sí que es verdad que con la salida de algunas jugadoras y entrada de nuevas, el equipo ha cambiado un poco en la dinámica de juego. Yo creo que antes era mucho más estático, jugábamos solo como para el lanzamiento exterior o para meter balones a la boya y ahora con el cambio de jugadoras que hay se puede jugar mucho a las entradas, a buscar espacios, a coger bloqueos y al final, creo que esto le da como un plus al equipo.
Retratos a Irene González, jugadora de la selección española de waterpolo. / Zowy Voeten / EPC
Habiendo formado parte del equipo y habiendo estado unos años al margen, ¿cómo ha vivido desde fuera lo que ha pasado estos años?
Yo la verdad es que no me arrepiento de nada. Tomé mi decisión de echarme a un lado por la dinámica de la selección pero seguía jugando a muy alto nivel en mi club. Viéndolas desde fuera solo podía admirarlas y desearles todo lo mejor. Yo me alegro mucho de que ganaran el oro el año pasado, la verdad es que se lo merecen. Se trabaja muy duro aquí y al final es como un reconocimiento que también tocaba para la selección española de femenina.
¿Es algo que apunta para su checklist de más adelante?
De momento vamos a ir año a año. A ver cómo va también, cómo estoy yo, cómo me encuentro cada año con el equipo. Quiero centrarme en que de momento este año estoy aquí y el año siguiente ya veremos dónde estoy. No quiero descartar nada tampoco.
Estuvo un tiempo fuera jugando en Hawái ¿cómo fue para usted a nivel deportivo?
A mí me ayudó mucho, la verdad que yo creo que allí hice un cambio de juego, por decirlo de algún modo, al final es Estados Unidos, allí te enseñan muchas cosas, se entrena mucho y ellas tienen un nivel de juego altísimo. Haber entrenado aquí y luego coger toda la experiencia posible en los cuatro años que estuve allí me permitió volver a España con mucho conocimiento que transmitir. Todas esas experiencias me han hecho ser la jugadora que soy y estar aquí a día de hoy.
El juego en Estados Unidos es muy distinto, más técnico. ¿Ha impregnado su perfil de jugadora?
Sí. Por ejemplo allí son más de entradas, del uno contra uno, de buscar siempre los espacios libres y dar un pase extra. Eso me lo he traído conmigo y ya forma parte de quién soy en la piscina. Aquí al final el juego es mucho más físico, más duro y por suerte tengo integrados ya los dos estilos, soy todo lo táctica y técnica que aprendí allí con todo lo físico que es el juego de aquí. Al final esa mezcla es necesaria también para ser la jugadora que quiero ser.
¿Y qué jugadora quiere ser?
Pues una que pueda aportar sobre todo en ataque mucho movimiento. No descontrol, pero sí alguien que si ve un espacio vacío pueda hacer la entrada para que otra jugadora pueda llenar ese espacio y generar un lanzamiento. En defensa quiero ser también ser muy sólida. Tanto en defensa de boya como en el uno contra uno para que a mí no me hagan. Que al verme sepan que puedo defender a cualquiera y que tengan la confianza en mi defensa también.
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