El cometa 3I/ATLAS llegó al Sistema Solar desde el disco grueso de la Vía Láctea, una región ubicada en los confines de la galaxia y muy diferente del entorno en el que ahora habita el Sol. Los científicos creen que es muy poco probable que su origen sea similar al de los otros dos objetos interestelares confirmados hasta hoy, Oumuamua y 2I/Borisov.
Un equipo científico liderado por Matthew Hopkins y Chris Lintott, de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, asignó al cometa interestelar 3I/ATLAS un 66% de probabilidades de proceder del disco grueso de la Vía Láctea, de acuerdo a una nueva investigación.
El 1 de julio de 2025, el telescopio ATLAS de Chile detectó un objeto con órbita claramente hiperbólica, que lo situaba fuera de cualquier trayectoria solar convencional. Días después se confirmó que se trataba del tercer cuerpo interestelar conocido hasta hoy. Ahora, los científicos creen haber hallado las pistas exactas para confirmar su origen.
Según informa Science Alert, su procedencia desde un sector muy diferente al Sistema Solar sería lo más plausible de acuerdo a su velocidad y orientación. A diferencia del disco fino de la galaxia, donde orbitan las estrellas más jóvenes como el Sol, el disco grueso alberga estrellas «veteranas», de más de 10.000 millones de años de antigüedad, situadas por encima y por debajo del plano galáctico principal.
Desde una región lejana y antigua
Mientras los cometas solares se formaron hace unos 4.500 millones de años en el propio Sistema Solar, los interestelares pueden llevar vagando por eones. Si 3I/ATLAS nació alrededor de una estrella del disco grueso, podría superar los 7.000 millones de años, duplicando la edad de nuestro Sol.
Esta antigüedad sugiere superficies más procesadas por los rayos cósmicos y tonalidades rojizas similares a ciertos asteroides. Además, su riqueza en agua augura una intensa actividad cometaria al acercarse al calor solar, con liberación de gas y polvo que formarán coma y cola brillantes.
En cuanto a su tamaño, Space.com indica que 3I/ATLAS es mucho más grande que los otros dos objetos interestelares, con alrededor de 15 kilómetros de diámetro. Oumuamua presentaba solo 100 metros y 2I/Borisov menos de un kilómetro. Incluso, el nuevo cometa podría llegar hasta los 20 kilómetros de diámetro, un dato que se confirmará luego de más observaciones.
Redescubriendo el origen de los sistemas planetarios
El hallazgo del tercer objeto interestelar (ISO), 3I/ATLAS, brinda una oportunidad única para observar en forma directa un cuerpo pequeño de otro Sistema Solar. El estudio de su química y dinámica contribuirá a nuestra comprensión de cómo ocurren los procesos de formación y evolución de los planetas a través del disco de la Vía Láctea.
Referencia
From a Different Star: 3I/ATLAS in the context of the Ōtautahi-Oxford interstellar object population model. Matthew J. Hopkins et al. arXiv (2025). DOI:https://doi.org/10.48550/arXiv.2507.05318
El modelo utilizado en el nuevo estudio, publicado en arXiv, muestra que tanto la velocidad como la radiación del cometa interestelar están dentro del rango esperado. En concreto, su velocidad sugiere un origen dentro del disco grueso de la Vía Láctea, transformándose en el primer ISO proveniente de esta población estelar y prediciendo un alto contenido de agua en su estructura.
Además, los investigadores concluyen que es muy poco probable que 3I/ATLAS comparta un origen con cualquiera de las dos detecciones de objetos interestelares anteriores, Oumuamua, en 2017, y 2I/Borisov, en 2019. El método empleado en el análisis combinó datos astrométricos de Gaia y simulaciones químicas del medio galáctico.