Sucele decirse que ‘Tiburón’ (1975), de cuyo estreno se han cumplido 50 años hace solo unas semanas, fue el primer ‘blockbuster’ o taquillazo de la historia y por tanto fuente de inspiración esencial de todos los que se han estrenado desde entonces. En opinión de muchos, en cambio, la película que más hizo por inocular en Hollywood el virus recaudatorio típicamente veraniego fue más bien ‘Tiburón 2’ (1978), una copia descarada y fundamentalmente tediosa de su predecesora que costó solo 20 millones de dólares y acabó recaudando 208 millones, haciendo comprender a los grandes estudios que repetir fórmulas narrativas era la forma idónea de maximizar beneficios minimizando esfuerzos, y sentando así las bases de un modelo de producción cinematográfica del que el verano de 2025 resulta particularmente ejemplar.
Entre todos los ‘blockbusters’ que han llegado a la cartelera desde mediados de junio y que lo harán hasta finales de agosto, se cuentan tan solo dos películas que oficialmente pueden considerarse originales en cuanto que no están basadas en una propiedad intelectual ya establecida y por tanto, dicho de otro modo, no son secuelas, ni remakes, ni ‘reboots’ ni adaptaciones de videojuegos.
Una de ellas es la nueva producción de los estudios Pixar, ‘Elio’, que se estrenó en España hace solo unos días tras hacerse merecedora previamente del dudoso honor de ser el largometraje menos taquillero de la historia de dicha compañía de animación. La otra, ‘F1: la película’, ha obtenido unos espléndidos ingresos en taquilla a nivel internacional, aunque es importante matizar que el uso del calificativo “original” aplicado a ella es más o menos lo mismo que aceptar barco como animal acuático.
Brad Pitt en la premiere en Londres de F1: La película JULIE EDWARDS / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO 23/06/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN. Saquean la casa de Brad Pitt en Los Ángeles;JULIE EDWARDS / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO / ZUMA vía Europa Press / ZUMA vía Europa Press
Después de todo, en muchos aspectos es un calco de uno de los grandes taquillazos de los últimos años, ‘Top Gun: Maverick’ (2022): ambas películas tienen el mismo productor -Jerry Bruckheimer, amo y señor de los ‘blockbusters’ durante décadas- y el mismo director, Joseph Kosinski, y las dos cuentan la historia de un veterano -Tom Cruise entonces, Brad Pitt ahora- enfrentado a una última oportunidad para alcanzar la gloria, ejerciendo de mentor mientras pilota maquinaria de precisión a gran velocidad.
Todo el resto de películas de vocación puramente comercial estrenadas y por estrenar a lo largo de estos meses, decimos, comparten genes con otras que en su día ya resultaron ser altamente lucrativas para sus productores y funcionan a modo de marcas inmediatamente reconocibles para el espectador: ‘28 años después’ es la segunda secuela de ‘28 días después’ (2002); protagonizada por Scarlett Johansson, ‘Jurassic World: el renacer’ es nada menos que la séptima entrega de la saga a la que Steven Spielberg dio origen con ‘Parque Jurásico’ (1993), y recaudó la friolera de 318 millones de dólares en todo el mundo en el fin de semana de su estreno, hace ahora siete días.

Scarlett Johansson es la protagonista de «Jurassic World Rebirth», que se estrena este miércoles. / EPC
El fin de semana anterior, las buenas cifras de taquilla de ‘Padre no hay más que uno 5’ confirmaron a Santiago Segura como lo más parecido a un productor de ‘blockbusters’ que existe en el cine español -acaba de superar el millón de espectadores-; ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ es la continuación de una película de terror estrenada en 1997, y por lo visto se parece tanto a ella que sus productores han decidido que no merecía la pena ponerle un título distinto. Podríamos seguir enumerándolas, pero para qué.
El verano de 2025 también servirá para averiguar si los incesantes estrenos de películas de superhéroes mediocres a lo largo de la última década y media han terminado por hartar definitivamente a quienes durante mucho tiempo las convirtieron en éxitos comerciales infalibles y ‘blockbusters’ paradigmáticos, tal y como da a entender la larga lista de largometrajes pertenecientes a ese género que han fracasado en taquilla recientemente.

David Corenswet es el nuevo Superman, el número 4. / EPC
Hoy mismo se estrena ‘Superman’, que no es sino la cuarta versión del Hombre de Acero -el personaje que esencialmente inventó el género cuando apareció por primera vez en las páginas de un cómic, en 1938- en buscar su sitio en la gran pantalla; el actor David Corenswet, relativamente desconocido, es esta vez el encargado de embutirse una variación del mismo uniforme que previamente vistieron Christopher Reeve, Brandon Routh y Henry Cavill.
Y dentro de dos semanas llegará a la cartelera ‘Los 4 fantásticos: primeros pasos’, que también probaron suerte en el cine en tres ocasiones anteriores: en 1994, el magnate de la serie B Roger Corman produjo una adaptación cinematográfica del cuarteto que nunca llegó a estrenarse, un díptico de aventuras protagonizadas por Jessica Alba y Chris Evans vieron la luz a lo largo de la década de los 00, y en 2015 lo hizo un ‘reboot’ pretendidamente sombrío que sufrió un batacazo comercial estrepitoso. No es descabellado suponer que, si ambos estrenos acaban ingresando por debajo de lo esperado, el cine de superhéroes tendrá que ir empezando a buscar acomodo en la periferia de la cultura popular, junto a las comedias románticas y los westerns.

‘Barbenheimer’: la batalla que enfrenta a ‘Barbie’ vs ‘Oppenheimer’ (y beneficia a las dos pelis). / EPC
En 2025, pues, el panoráma cinematográfico veraniego es en apariencia muy distinto al que fue en 2023, marcado por el avasallador dominio que compartieron en la taquilla ‘Oppenheimer’ y ‘Barbie’ -’Barbenheimer’, ¿recuerdan?-, ficciones firmadas por sendos cineastas de prestigio, Christopher Nolan y Greta Gerwig respectivamente, que ni estaban vinculadas ni les debían su existencia a películas previas. Aquel triunfo, de todos modos, debe entenderse como algo excepcional porque, por un lado, Nolan es uno de los escasos directores actuales que acumulan fans tanto entre quienes van al cine en busca de entretenimiento visceral como entre quienes también andan buscando estímulos intelectuales y porque, por otro, Barbie contó con el inmenso apoyo tanto de la propiedad intelectual a la que pertenece como de una campaña de marketing tan agresiva que lo único que le faltó fue llevar al público a rastras hasta las multisalas.
Además, en dos años pueden pasar muchas cosas, como una huelga de actores y guionistas capaz de meter mucho miedo en el cuerpo a los ejecutivos de Hollywood y agudizar aún más su alergia al riesgo. Para ellos, como para un chiringuito de playa en Benalmádena, los ingresos acumulados entre junio y septiembre proveen de sostén financiero para todo el resto del año, e inevitablemente eso les empuja a ofrecer lo que saben de antemano que su clientela consumirá, ya sean espetos y chipirones o ‘blockbusters’ formularios protagonizados por actores a los que tenemos la cara muy vista -Pitt, Cruise, Johansson- porque, al parecer, ya no existen intérpretes jóvenes capaces de atraer por sí solos a la gente al cine.
Mientras pensamos pensamos en el símil playero, ya hay quien da por hecho que ‘F1’ tendrá una secuela más pronto que tarde, y tiene sentido. Al fin y al cabo, toda saga de Hollywood tiene que comenzar en algún sitio. En el cine, como en casi todo, hasta las ideas más trilladas empezaron siendo nuevas.
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