Casi veinte años después del estreno de ‘Yo soy Bea’, Ruth Núñez ha revelado una de las condiciones más controvertidas que tuvo que aceptar para protagonizar la serie: no podía acudir a actos públicos si no era caracterizada como Beatriz Pérez Pinzón, su personaje. Una limitación que, según confiesa, supuso un verdadero lastre en su vida profesional.
«Había una cosa no escrita, pero acordada, como de que yo no podía estar en sitios públicos no caracterizada. O iba disfrazada de Bea o no podía ir«, ha explicado en el pódcast ‘Con los pies en el cielo’. Asegura que esa norma le impidió asistir a eventos y entregas de premios, ya que desde la cadena se quería proteger la imagen de la serie, que jugaba con la transformación física del personaje. “A día de hoy creo que me lo tendría que haber saltado”, reconoce ahora.
Núñez interpreta con perspectiva lo que significó dar vida a una protagonista que solo era aceptada por el resto cuando dejaba de ser “fea”: “Era una persona valiosa en sentimientos, en inteligencia y en el trabajo, pero había que volverla guapa para completarlo todo”. Según afirma, en aquel momento no reflexionó sobre el mensaje que lanzaba la serie, pero con el tiempo sí fue consciente de cómo le afectó: “Por la calle me llamaban fea y tonta. Aquello me hizo mella”.
Incluso en las Campanadas de Nochevieja de 2006, que presentó junto a Alejandro Tous y Norma Ruiz, se le exigió mantener la imagen de su personaje: “Yo no podía ir mona. Había que poner a dos guapos porque de eso va la tele… y porque la otra va fea”. Una decisión que le impidió desligarse de su personaje en un momento tan especial. “Este personaje que llama a toda una masa que se siente identificada no puede salir en solitario porque necesita belleza”, lamenta. Con cierto temor a ser malinterpretada, Núñez concluye que hablar de todo esto aún le cuesta. “Perdón, es precioso, pero me da miedo hablar de estas cosas porque en realidad quedan muchas cosas por decir y por luchar en la vida”.