La presidencia de Rusia ha anunciado en estas últimas horas, por sorpresa, la destitución de Mijaíl Bogdanov, viceministro de Exteriores y enviado especial del Kremlin para Oriente Próximo y África, descrito por los medios como una «figura central» en el diseño de la política rusa hacia estas dos regiones del mundo. El relevo se produce en medio de una cadena de destituciones de altos responsables políticos en las filas gubernamentales, sin precedentes desde el arranque de la invasión rusa de Ucrania, y ha sido interpretado por fuentes de la prensa independiente rusa como «un castigo por sus fracasos», en referencia a la caída del régimen de Bashar el Asad hace unos meses, principal aliado de Moscú en la zona, y un intento del Kremlin de «borrar huellas» respecto a sus actuaciones más comprometidas. Bogdánov mantenía contactos regulares con el buró político de Hamás, incluso después de los ataques perpetrados contra el sur de Israel por la organización islamista palestina.
Bogdanov, nacido en 1952, graduado en 1974 por el elitista Instituto Estatal de Moscú de Relaciones Internacionales (MGIMO, por sus siglas en ruso) ocupó numerosos cargos en legaciones y departamentos, primero de la URSS y luego de la Federación Rusa, antes de ser nombrado en 2011, al inicio de la revolución siria, viceministro al frente de la política exterior rusa en las mencionadas dos regiones del mundo, donde Moscú defiende importantes intereses. En calidad de responsable, mantenía estrechas relaciones y contactos frecuentes no solo con los gobiernos de la zona, sino también con responsables de grupos armados como Hizbulá y Hamás, organizaciones a las que se negaba calificar de «terroristas». El último de estos encuentros con responsables de Hamás se produjo en fecha reciente, concretamente el pasado 17 de junio, en el que, según fuentes rusas, se trataron como la actuación del Ejército israelí en Gaza, la actuación de los colonos israelíes en Cisjordania o la suerte de los rehenes en Gaza.
Controversia
Pero el encuentro que mayor controversia han suscitado se produjeron en la primavera de 2023, justo un año después del inicio de la guerra de Ucrania. En tan señalada fecha, Bogdánov se reunió en Moscú no solamente con responsables del buró político, como Mohamed Abú Marzuk, miembro sénior del buró político, sino también con Saleh Al Aruri, fundador del ala militar y designado como terrorista por el Gobierno de EEUU. Investigadores como Jonathan Winer, del Middle East Institute, han destacado este encuentro y se han preguntado si durante el mismo representantes rusos tuvieron conocimiento de los planes de Hamás de atacar a Israel, o de sí el movimiento palestino recibió alguna promesa de apoyo al respecto, habida cuenta de las declaraciones por los dirigentes árabes tras el encuentro y las menciones a Ucrania, la guerra que a Rusia le importa. «Esta visita es diferente a las demás debido a que la operación militar especial en Ucrania (eufemismo con el que Rusia designa a la invasión en el vecino país) «ha causado especial confusión en el mundo y en el orden internacional», declaró Marzuk.
Una de las últimas actuaciones en el exterior de Bogdánov tuvo lugar precisamente en Damasco, donde se reunió con el presidente sirio Omar al Shará, líder de los rebeldes que depusieron al presidente Asad. Según las crónicas periodísticas, durante la reunión el máximo dirigente sirio reiteró la demanda de que sea entregado a la justicia siria el depuesto presidente Bashar el Asad, y dio a entender que las relaciones entre su país y Moscú seguirían parámetros diferentes.
Suscríbete para seguir leyendo