Nada más abrir su jaula, Simón, un gato callejero blanco y negro, sale despavorido en busca de un poco de pienso. Este es uno de los 20 felinos recién castrados que la protectora Arycan, en colaboración con el Ayuntamiento, soltó este jueves en las calles del Risco de San Nicolás, en Las Palmas de Gran Canaria. El objetivo será esterilizar a un centenar de animales en el plazo de un mes para controlar su proliferación en el barrio.
«Esta es la primera vez que actuamos de manera global en un barrio de la ciudad», señala Andrea Hansen, presidenta de Arycan. Esta protectora, que recibe el soporte económico de una fundación alemana, ha castrado en Canarias a más de 24.000 gatos desde su fundación en 2009, con actuaciones puntuales en zonas de la capital como Pedro Hidalgo o los jardines del Castillo de La Luz.
Ahora han logrado que el Ayuntamiento reconozca a todo el Risco de San Nicolás como un foco de gatos callejeros. La Ley de Bienestar Animal reconoce estos animales y establece que la gestión de estas colonias debe hacerla los ayuntamientos, con el método CER (Captura, Esterilización y Retorno) como el más eficaz, ético y sostenible para su control.
Entre 20 y 10 capturas por semana
De manera semanal, la protectora y los vecinos harán entre 20 y 10 capturas para su esterilización. «Tienen que estar al menos 24 horas sin comer para poder atraerlos más rápido a las jaulas», apunta Hansen. Tal es así, que las capturas las hicieron en apenas unos pocos minutos. Y es que a pesar de ser callejeros, muchos de estos animales está acostumbrados a convivir con seres humanos. Los propios vecinos que normalmente les dan comida u otros cuidados fueron quienes colocaron las trampas.
Arminda Grande es una de esas vecinas que se dedican a cuidar a los gatos de su zona. «Gastamos tres o cuatro sacos de pienso de 15 kilos al mes», aclara mientras le da un sobre de comida húmeda a Amarillito, otro de los felinos callejeros recién castrados. «Nos faltó coger a sus hermanos», matiza, aunque ya los tienen fichados para la próxima semana.
El problema, según Grande, está en algunos vecinos que son reticentes a la hora de llevarse los gatos que habitualmente rondan su casa. «Algunos hasta nos amenzaron y llamaron a la Policía», apunta. «Tuvimos conflicto con los vecinos, sí», resalta Luz Chacón, también colaboradora en la colonia felina, «al final les tienes que explicar que esto es lo mejor», añade nada más soltar tres felinos en la empinada calle Nogal.
Tres camadas al año
Willie y Gardfield fueron al encuentro con otros gatos. Hay vecinos que han pagado de su propio bolsillo la castración de alguno de estos; «pero una operación en un animal aislado no soluciona nada», explica Octavio Pérez Luzardo, catedrático veterinario de la ULPGC, «para que la campaña sea efectiva se debería castrar a más del 70% de los ejemplares». En La Graciosa, por ejemplo, lo hiciero con el 80% de los gatos.
Los animales llegaron en furgoneta y tapados con sábanas para reducir sus estrés tras la castración. / J.PEREZ CURBELO
El catedrático indica que los gatos en Canarias pueden tener unas tres camadas al año por su clima benigno; y de cuatro a ocho cachorros por cada una. De ahí que estas campañas sean primordiales para el control poblacional de estos felinos. Andrea Hansen añade que, tras esterilizar este centenar, pedirán permisos para seguir con más dado el volumen de gatos callejeros que hay en el Risco.
Por otro lado, la protectora está trabajando en colaboración con la ULPGC. Los veterinarios han tomado muestra de material genético y heces de cada uno de estes felinos. El objetivo será conocer qué es lo que comen o qué enfermedades pueden tener. «Esto permitirá actuar solo con aquellos que depredan especies protegidas», indica.
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