Inmigrante que entra por el que sale

El primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han llegado este jueves a un acuerdo para poner en marcha un programa piloto de retorno de inmigrantes. Se trata, según recoge Reuters, de un sistema «innovador» que empezará a operar «en las próximas semanas» y que consistirá en que Reino Unido devolverá a Francia a quienes crucen ilegalmente en patera a cambio de recibir en su territorio a demandantes de asilo procedentes del país galo que tengan algún lazo con el territorio.

Esta fórmula, conocida como «uno sale, uno entra», trata de abordar la crisis migratoria en el Canal de la Mancha. Y es que, en lo que va de año, se calcula que más de 21.000 personas han llegado en pequeñas embarcaciones a las costas británicas. Una cifra récord.

«El objetivo es que tenga un efecto disuasorio», ha señalado Macron en declaraciones recogidas por el diario The Guardian. Por su parte, Starmer ha indicado que la intención es «romper el modelo de negocio de los traficantes de personas». No obstante, este pacto ha puesto en alerta a algunos países de la Unión Europea, que temen tener que aceptar a solicitantes de asilo del Reino Unido.

Este es el primer acuerdo migratorio que el país del brexit firma con uno europeo tras su salida del bloque comunitario. El líder francés, que culmina hoy su visita de Estado de tres días a Londres, no ha dudado en criticar el brexit y subrayar sus consecuencias.

«Mucha gente en su país explicó que el brexit permitiría luchar más eficazmente contra la inmigración ilegal, pero en realidad, desde el brexit, Reino Unido no tiene ningún acuerdo migratorio con la UE, ni régimen de readmisión… Precisamente lo contrario de lo que prometía el brexit», ha señalado durante la rueda de prensa conjunta.

Cooperación nuclear

En la misma reunión bilateral, ambos líderes han pactado también coordinar el uso de sus armas nucleares en caso de ser atacados. El pacto ha sido llamado Declaración de Northwood, y hará que, en caso de ser atacados, sus adversarios sepan que habrá una «respuesta de las dos naciones», ha señalado Starmer.

Por su parte, Macron ha explicado que la decisión responde a un «entorno marcadamente más amenazador» y ha señalado que ambos países no pueden imaginar un escenario en el que una agresión contra Europa no provocase una reacción conjunta del Reino Unido y Francia.

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