«Fuera del Barça hace mucho frío«, debió oír incontables veces Mariona Caldentey cuando dejó la entidad azulgrana hace un verano. Esa es la cantinela que, hasta ella, había tomado como verdad. La mayoría de futbolistas que dejaban de llevar la zamarra azulgrana bajaron un escalón en cuanto a repercusión y a títulos. Así había sido siempre. Hasta que Mariona demostró que hay vida más allá.
El primer día en Londres fue raro. La futbolista había dado un cambio radical a su carrera dejando el Barça después de una década para fichar por el Arsenal. Compañeras nuevas, estructura distinta, otro idioma… Todo era una experiencia en sí mismo, pero la calma con la que se toma las cosas de manera habitual terminó imperando. Se quitó presión, quiso vivirlo desde el sosiego, hasta acabar de acostumbrarse a su nueva vida «Si te soy sincera , el momento más impactante, sin embargo, fue ver cómo mis compañeras de selección volvían al Barça… Y yo no. Ese día fue un ‘shock'», confesaba Mariona en una entrevista a EL PERIÓDICO.
El cambio vital no solo lo ha sufrido en su carrera profesional, sino también en lo personal. «Es una vida más tranquila. En Barcelona tenía mi círculo fuera del fútbol, de la universidad y de años vividos. Aquí todo eso no lo tengo. Los primeros meses fueron caóticos: wifi, casa, coche, tarjeta del móvil… Todo son pequeñas cosas que te tienen ocupada. Después, cuando me estabilicé, empecé a hacer vida: pasear, escuchar algún pódcast, leer, cafés con las compañeras… No empecé ningún hobby nuevo, pero he vuelto a leer mucho«, añadía la futbolista.
Era complicado imaginarse un Barça sin Mariona. La de Felanix ha formado parte de una generación histórica de futbolistas en Can Barça y no contar con ella dejaba un vacío más allá de lo futbolístico. Durante todos esos meses, su camino se ha seguido entretejiendo en la selección. Ahora, en la Eurocopa, vuelve a compartir vestuario con muchas de sus excompañeras azulgranas. Y esta vez con el brazalete de capitana del combinado nacional en el brazo.
Galones no le faltan a la futbolista, que este año en Inglaterra ha seguido maravillando al mundo. Desde la llegada de Renée Slegers al banquillo del conjunto gunner, Mariona se ha convertido en la pieza angular de todo el proyecto. La ha alejado de la banda (donde vive de manera perenne con la selección o en el Barça) y ocupa una posición más centrada. Eso le ha permitido al conjunto inglés tener mucho más control de los partidos, imponerse y ser superior a las rivales desde la creación. Y esa fue una de las armas para un Arsenal que logró derrotar al Barça en la final de la Champions.
Mariona haciendose fotos con los aficionados / RFEF
Era un escenario perfecto. El partido más importante de la temporada. Lisboa acogió un partido donde las azulgranas partían como favoritas, por primera vez sin Mariona Caldentey, que además formaba parte del rival a batir. Y ella, con una actuación sublime, fue una de las futbolistas que las condenó. Porque tanto frío no hace fuera del Barça. En su primera temporada en Inglaterra, Mariona se erigió como campeona de Europa. Y nada menos que contra sus excompañeras.
La medalla de oro se hacía agridulce. Era un premio a la valentía, al ser justa con una misma y marcharse cuando cree que ya ha dado todo lo que se podía dar por una causa. Mariona tomó la decisión de marcharse del Barça y muchos lo vieron como una huida. Nada más lejos de la realidad. Y ahora el fútbol le ha dado la razón. La de Felanix no solo ha firmado una grandiosa temporada a nivel grupal, sino que está entre las favoritas para llevarse el Balón de Oro.
Para la seleccionadora española, Montse Tomé, Mariona también es indiscutible. En los dos partidos de la fase de grupos ya disputados, ha jugado casi todos los minutos (150 en total), además de ser quien ingenió algunos de los tantos ante Portugal y Bélgica. Ahora, Italia (este viernes a las 21.00 h., La 1) será el último rival antes de los cuartos de final, ronda para la que España ya está clasificada. Solo falta ver si consigue sumar una nueva goleada que la catapulte como primera de grupo. Para lograrlo tan solo deben empatar o ganar a las italianas.