Este miércoles, coincidiendo con los actos institucionales del Nou de Juliol, vecinos y comerciantes de Ciutadella se concentraron en la Plaça des Born para exigir diálogo y un mayor consenso sobre el proyecto de peatonalización del espacio. La movilización fue convocada por el colectivo “El Born es del pueblo”, que denuncia pérdidas económicas y falta de planificación en el proceso impulsado por el equipo de gobierno.
Los portavoces del movimiento, Isaac Mascaró y Àngel Pons, criticaron que sus propuestas no hayan sido tenidas en cuenta pese a mantener varias reuniones con el Ayuntamiento. Según aseguran, algunos negocios ya acumulan pérdidas de hasta un 70 %, y reclaman un Born más “vivo, verde y agradable”, con bancos, sombra y actividades culturales, en lugar de lo que califican como “un desierto con cuatro jardineras mal colocadas”.
El colectivo continúa recogiendo firmas para forzar una consulta popular sobre el proyecto. Hasta ayer ya habían reunido más de 2.800 firmas, con el objetivo de alcanzar las 3.417 necesarias para solicitar la votación de forma oficial. Las firmas se recogen tanto en papel como digitalmente, en tiendas y espacios públicos, y la campaña seguirá durante las próximas semanas.
Aunque la concentración se planteó como una protesta pacífica, durante la salida del pleno extraordinario en el Teatre des Born se vivieron momentos de tensión: algunos manifestantes proferieron insultos y arrojaron una lata de refresco en dirección a los miembros del equipo de gobierno. El objeto no causó heridos, pero provocó un visible aumento de la tensión en el ambiente
El Ayuntamiento habla de “inadmisible” y señala al PP
En un comunicado emitido tras los incidentes, el Ayuntamiento de Ciutadella condenó con dureza los hechos y los calificó como “inadmisibles en una sociedad democrática”. El equipo de gobierno subrayó que el derecho a manifestarse es legítimo, pero recordó que los insultos y el lanzamiento de objetos a representantes públicos son “injustificables” y ponen en riesgo la convivencia.
Además, el Consistorio responsabilizó directamente al Partido Popular de haber alimentado la crispación con “meses de desinformación, manipulación y agitaciones”. Según el equipo de gobierno, el proyecto del Born lleva más de un año planificándose con criterios técnicos y contempla medidas globales, como la reubicación de la parada de autobuses, más aparcamientos disuasorios y mayor seguridad peatonal. También desmintieron que el aparcamiento de Sa Coma haya costado 80.000 euros, precisando que fueron 55.000 euros, y recordaron que la normativa vigente —aprobada en su día por el propio PP— impide asfaltarlo.
El comunicado también destacó que el Ayuntamiento ha mantenido reuniones con asociaciones empresariales como ASHOME y CAEB, así como con asociaciones vecinales, comerciantes, transportistas, taxistas y representantes de los firmantes contrarios al proyecto. La segunda fase de la peatonalización ya está en marcha con un concurso de ideas participativo, y el funcionamiento del plan se evaluará tras la temporada de verano con datos técnicos y económicos.
El PP, por su parte, negó haber organizado la protesta y acusó al gobierno municipal de “utilizar la institución para culpabilizar a la oposición y desprestigiar las quejas ciudadanas”. Aunque admitieron posibles comportamientos incívicos puntuales, los populares defendieron la legitimidad de la movilización ciudadana frente a lo que consideran una mala gestión del proyecto.
Contexto y llamado a la responsabilidad
Desde el equipo de gobierno recordaron que transformaciones urbanas anteriores, como la peatonalización del casco antiguo o la Plaça dels Pins, también generaron polémica al principio y hoy son bien valoradas por la ciudadanía. Por ello, hicieron un llamamiento a la calma, al diálogo y a la responsabilidad compartida: “El futuro de Ciutadella no se construirá con gritos ni piedras, sino con respeto y compromiso colectivo”, concluyó el comunicado.
En un contexto de tensión social y posiciones enfrentadas, Ciutadella encara ahora el desafío de encontrar un consenso sobre el Born sin que el debate se vea contaminado por la violencia ni los intereses partidistas.