Las últimas imágenes de Pedro Sánchez dejan ver a un hombre cansado, desfallecido y extremadamente delgado. «Mirad si lo estoy pasando mal que he perdido varios kilos«, reconoció él mismo el pasado viernes en un acto con feministas del PSOE.
El Pedro Sánchez de después del informe de la UCO tiene poco que ver con el Pedro Sánchez de antes del informe. Al político apuesto, seductor, que hizo de su apariencia física un valor político, le ha sustituido una sombra de sí mismo.
El peso del poder, dirán algunos. Como les pasó a Barack Obama o a José Luis Rodríguez Zapatero al final de sus respectivos mandatos. Pero a Sánchez le ha caído todo de golpe, después de los últimos casos de corrupción.
Han llamado mucho la atención las imágenes de sus manos, cuando se vio en Sevilla el pasado 1 de julio con Gordana Silianovska-Davkova, presidenta de Macedonia del Norte, y Xiomara Castro, presidenta de Honduras.
Cuando llegó a Moncloa, hace siete años, comenzaron a sucederse los reportajes sobre salud y bienestar centrados en la figura del presidente. Se publicaban las dietas y rutinas deportivas del jefe de Gobierno.
A Pablo Motos le dijo en El Hormiguero que hacía pesas, le gustaba la bicicleta de montaña o la carrera continua. Le hemos visto vestido con la camiseta del Estudiantes, su antiguo equipo de baloncesto, y practicando todo tipo de deportes. En muchas ocasiones, durante las campañas electorales.
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Eso, sumado a sus listas de música en Spotify, hacía de Sánchez un presidente atractivo, moderno.
La imagen de «Pedro el guapo» traspasó fronteras e incluso una militante del PSOE vinculada a los equipos de comunicación de Ferraz creó una cuenta de parodia en redes sociales llamada «Mr. Handsome», en la que el presidente brillaba en todo su esplendor.
Pero en las últimas semanas todo eso ha cambiado. Se le ha visto con alguna talla de menos, los pómulos más afilados de lo normal, ojeras, una piel más grisácea y una mayor cantidad de canas.
De hecho, en su primera intervención tras el informe de la UCO que implicaba a Santos Cerdán, en la que salió a pedir «perdón» en la sede del PSOE, estaba visiblemente maquillado y llevaba una chaqueta más grande de lo habitual.
Desde su entorno reconocen a este diario que cuando necesita liberar estrés –y estos días son los más difíciles de su mandato– incrementa el deporte que realiza habitualmente. Eso, acompasado a una dieta particular vinculada al ayuno intermitente, le ha provocado la sorprendente delgadez que muestra ahora.
Pedro Sánchez, visiblemente más delgado en el Comité Federal del PSOE del pasado sábado.
Manos hinchadas
Pero, de entre todos los síntomas aparentes que revelan esa extenuación que el presidente no esconde, hay uno que llama la atención por encima de los demás: sus manos. En fotos recientes se le ha visto con las venas excesivamente marcadas.
Así apareció, por ejemplo, junto a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en la cumbre de la ONU sobre ayuda al desarrollo que se celebró la semana pasada en Sevilla. En plena ola de calor, con temperaturas cercanas a los 40 grados en la calle.
Honduras y España son países amigos que comparten el compromiso con el multilateralismo y el derecho internacional.
Con @XiomaraCastroZ firmamos un nuevo Marco de Asociación para el Desarrollo Sostenible que guiará nuestra cooperación hasta 2029. pic.twitter.com/4xdPZKLIrZ
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) July 1, 2025
En la mano del «capitán», como él mismo se ha definido en varias ocasiones durante esta crisis -la última en el Comité Federal del PSOE- se notan los efectos de la marejada.
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, descarta por completo variaciones de artritis y arteritis: «La arteritis no se ve en los brazos, tiene otras manifestaciones. Además, el resalte es venoso, no arterial».
El doctor recuerda que hay personas a las que las venas se les marca más que a otras sin que esto suponga problema alguno.
El efecto más marcado de las venas en las manos del presidente puede deberse, indica, a haber perdido peso. Con menos grasa corporal, son más visibles.
Puede que este efecto, además, tenga que ver no con el estrés específico que ha vivido Sánchez en las últimas semanas, sino con uno que hemos vivido todos: el calor que lleva apretando desde mediados de junio puede hacer que las venas se dilaten más de lo normal.
De ahí que en las fotografías de Sevilla se percibieran esos síntomas con mayor claridad.
Pérdida de peso
Aunque el médico de familia Lorenzo Armenteros no observa un adelgazamiento acorde al deterioro que muestra la cara del presidente, sí señala la clave de esta pérdida de peso: un cambio en la alimentación.
Cuando estás sometido a un estrés continuo, se pasan las ganas de comer. Esto forma parte de las respuestas automatizadas por el sistema nervioso simpático: si tenías que huir de los depredadores, la alimentación podía esperar.
Además de cerrar la compuerta, también activa la maquinaria a la máxima potencia. Para afrontar la situación (salir corriendo o prepararse para la defensa) se incrementa el metabolismo y aumenta el gasto energético.
Otros factores en los que el estrés puede influir en la pérdida de peso son los potenciales problemas gastrointestinales que genere o, incluso, una mayor actividad física involuntaria producto del nerviosismo.
Sánchez, en una reunión junto a las feministas de su partido el pasado viernes, en la que admitió haber «perdido peso».
Estrés generalizado
«Se le ve demacrado, con ojeras, la piel no se le ve depurada, por así decirlo», sostiene Armenteros. Con todo, señala que, pese a notarle más delgado, el deterioro del rostro «no parece venir acompañado de una extrema delgadez, esa cara no acompaña al resto del cuerpo».
Tras esta anamnesis a vuelapluma y a distancia, Armenteros dice: «Le recomendaría un descanso, unas vacaciones«. Luego recuerda que el aspecto del presidente es similar al de todos los inquilinos de Moncloa en sus salidas: «Ninguna de ellas fue fácil».
Fuentes de Moncloa me aseguran que las sombras de Sánchez en las mejillas se deben a un problema de “mala iluminación” y que “no va maquillado”.
Si fuera así, urge cambiar de focos en Ferraz… En una situación de crisis, la imagen es más importante que nunca pic.twitter.com/Eaiqt6InIx
— Patrycia Centeno (@PoliticayModa) June 16, 2025
El estrés generalizado afecta al cuerpo hasta el punto de poder provocar un envejecimiento prematuro. De la cabeza a los pies, se pueden ver sus signos en cualquiera de las imágenes recientes del presidente.
Las ojeras
Aunque el dermatólogo Eduardo Nagore no se atreve a dar un veredicto sobre este aspecto, ya que «es muy aventurado decirlo a través de imágenes en las que las condiciones de luz no son las mismas», sí apunta que el estrés «y el cansancio» son factores para el envejecimiento de la piel.
El estrés continuado altera el sistema inmunológico de la piel, lo que la hace más vulnerable a infecciones. Además, incrementa la inflamación, provocando (o agravando) situaciones de dermatitis, psoriasis, acné o urticaria.
El presidente del Gobierno, apesadumbrado, el 12 de junio, tras el informe de la UCO sobre Santos Cerdán.
Incluso puede ralentizar la cicatrización de las heridas. Así lo comprobó un estudio llevado a cabo por dos investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), que midieron el tiempo de curación de lesiones cutáneas tras una discusión de pareja.
Una media hora de tirarse los trastos a la cabeza era suficiente para que la autocuración de una herida pudiera retrasarse nada menos que un día entero.
Más canas
Aunque la relación entre el estrés y un aumento de las canas forma parte del acervo popular, no ha sido hasta esta misma década cuando se ha demostrado científicamente.
Un estudio publicado en la revista Nature en 2020 comprobó en ratones esta asociación, responsabilizando al sistema nervioso simpático —el que desencadena las respuestas al estrés, como la dilatación de las pupilas o el aumento de la frecuencia cardíaca— del blanqueamiento del cabello.
Su activación atacaría las células madre productoras de melanocitos, las células que generan los pigmentos de la piel, los ojos y el pelo.
El trabajo sería apuntalado por una investigación posterior, del año 2023, nuevamente publicada en Nature, que explicaría el mecanismo de destrucción: las células madre del folículo piloso recorren un mismo ciclo continuamente, hasta que se van atascando y no son capaces de producir el pigmento.
Un corte de pelo más apurado y un peinado impecable han tratado de disimular las canas que en las últimas semanas se han multiplicado en la cabeza del presidente.