El abogado del exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, persigue de manera insistente desde el 2 de junio que el jefe de climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), José Ángel Núñez Mora, se someta a un examen psiquiátrico forense por sus supuestas lagunas de memoria durante su declaración de cuatro horas ante la jueza y el fiscal de la dana. La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, ha respondido hoy a la defensa de Argüeso, que ejerce José María Bueno Manzanares, autoproclamado jefe de los servicios jurídicos del pseudosindicato Manos Limpias, que «atribuir enfermedades mentales a quien discrepa fue una constante en los regímenes totalitarios del siglo XX, y de ello fue un claro y conocido paradigma lo sucedido en la Unión Soviética».
La magistrada ha notificado hoy a las partes tres autos. En uno de ellos desestima el recurso de reforma en el que la defensa del investigado Emilio Argüeso insiste en su solicitud de someter a un examen forense al testigo de la Aemet. «La representación letrada del señor Argüeso sigue de forma sorprendente manteniendo la pertinencia de una prueba que supondría el examen forzoso del testigo por un médico forense«, asegura la jueza de la dana.
La comparecencia voluntaria sólo corresponde al presidente de la Generalitat
«Las comparecencias, la práctica y obtención de pruebas no se dejan a la voluntad de los implicados. Solo existe un supuesto: el ofrecimiento a declarar como investigado a los aforados, posibilidad que se ha llevado a cabo en este procedimiento respecto del presidente de la Generalitat. La comparecencia es plenamente voluntaria. La prueba que se pide respecto de dicho testigo jamás lo sería», responde la magistrada a la defensa de Emilio Argüeso, que representa a Manos Limpias en la causa que investiga el trato de favor al hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La magistrada señala al letrado Bueno Manzanares que en su recurso «no se proporcionan nuevos argumentos en la petición de una prueba que se sustentaba en las lagunas de memoria que sufrió [el testigo de la Aemet] y sin perjuicio de las acciones que pueda llegar a entablar, debía ser examinado por la Clínica Médico Forense de los juzgados para determinar si esa laguna de memoria puede ser real y tener una base médico-psiquiátrica o neuronal del tipo que sea o pudiera ser fingida». La magistrada reitera que el testimonio de José Ángel Núñez Mora fue «coherente, preciso, acompañado de elementos que corroboraban su versión». Pero la respuesta del investigado Emilio Argüeso fue «el examen médico forense del testigo» o «el anuncio de acciones (que ni siquiera se concreta de qué tipo), lo que muestra la poca fe en la prosperabilidad de las mismas».
La jueza de la dana considera que la petición del examen forense al trabajador de la Aemet supone «un ataque directo a la persona del testigo. Ante la imposibilidad de quien afirma que se ha faltado a la verdad, de rebatir mediante datos, hechos, conocimientos científicos la declaración del testigo, se pretende sembrar la duda sobre su estado mental». A pesar de, reitera Ruiz Tobarra, «la claridad expositiva, raciocinio, responsabilidad y sensatez, del testigo Núñez Mora que convierten la solicitud de dicha prueba en un despropósito absoluto».
Y recuerda que, al ser testigo el representante de la Aemet, «por dicha condición, no puede alegar ni mostrar su repulsa en un procedimiento del que no es parte y que habrá comprobado que tras cumplir dicho deber cívico se publica una petición, ciertamente de nulo recorrido, de su examen por el médico forense».
Esta prueba solicitada por la defensa de Argüeso «obligaría al testigo a comparecer de manera obligatoria ante el médico forense y someterse a un examen psiquiátrico» que «es incompatible con principios básicos, no solo procesales, sino con los propios de cualquier Estado democrático. La atribución de enfermedades mentales a quienes discrepaban con el Estado, fue una constante en los regímenes totalitarios del siglo XX, y de ello fue un claro y conocido paradigma lo sucedido en la Unión Soviética».
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