Debía haber sido un vuelo tranquilo. El final de las vacaciones para muchos, el inicio de unos días de descanso para otros, pero se convirtió en toda una tragedia. Un hombre falleció al ser absorbido por el motor del avión de la compañía Volotea que debía trasladarlos desde Milán hasta Asturias. “Fue tremendo, solo estamos deseando llegar a casa”, reconocieron tras cruzar por fin la puerta del aeropuerto de Santiago del Monte más de cinco horas después de lo inicialmente previsto.
“Estábamos en el avión, a punto de despegar con los motores encendidos, y vino una persona corriendo hacia nosotros. Se coló por debajo del avión y de repente sentimos una vibración muy fuerte, la gente se llevó las manos a la cabeza y se agachó”, contó Carmen García. Ella presenció la carrera y enseguida se temió lo peor. Luego empezaron a llegar los bomberos, las ambulancias, la policía…
«No lo podíamos creer»
Quienes no vieron al hombre correr lo que sintieron fue “un ruido tremendo en la turbina del motor”. Fueron momentos de desconcierto hasta que el comandante de avión salió e informó que “había ocurrido una tragedia y que había habido un accidente tremendo, que una persona había sido absorbida por el motor”. “Primero sentimos incredulidad, porque no podíamos creer lo que había pasado. Queríamos pensar que era otra cosa, hasta que nos dimos cuenta de la realidad”, reconoció Daniel Isla, un chileno residente en Italia que venía a Asturias de vacaciones con su familia.
Inmediatamente, la tripulación del avión pidió a los pasajeros que cerrasen las ventanas. “Nos dijeron que mejor no nos asomáramos, porque lo que había era muy desagradable”, contó otra pasajera. También los bomberos y la policía se encargaron de evitarles cualquier imagen desagradable. “Hemos bajado además por el ala derecha, que fue donde ocurrió el incidente, y bajamos con bomberos haciéndonos pasillo hasta abajo y todo tapado. Ha sido bastante tremendo”, reconoció Ana Sanchís.
Los 154 pasajeros a bordo, junto con los 6 miembros de la tripulación de Volotea, fueron desembarcados de manera inmediata y trasladados a una zona habilitada, donde se les ofrecieron provisiones. También se brindó apoyo psicológico tanto a los pasajeros como a la tripulación.
“Tenemos que agradecer que Volotea nos ha dado un apoyo tremendo en el aeropuerto. Nos han dado comida, bebida, han estado con los niños, servicio médico… Y hemos estado muy arropados”, agradecieron.
El vuelo debía salir del aeropuerto de Milán Bérgamo a las 10.30 horas, pero, tras el desembarco obligado por la tragedia y una espera en el aeropuerto de más de seis horas, los pasajeros pudieron volar por fin a Asturias a las 16.45 horas, aterrizando en Santiago del Monte poco antes de las 19 horas.
El fallecido, un italiano de 35 años
El fallecido era Andrea Russo, de 35 años. Según informó el “Corriere della Sera” era de Calcinate y nació en el hospital municipal donde su madre, Anna Sordelliti, trabajaba como partera, razón por la cual era muy conocida en el pueblo. De niño tuvo varios problemas de adicción a las drogas y también estuvo internado en centros de rehabilitación, pero en los últimos años se había recuperado.
El fiscal Maurizio Romanelli explicó que están “investigando cualquier posible relación con el aeropuerto o el mundo de la aviación. En el coche en el que llegó al aeropuerto, lleno de todo tipo de material, no hemos encontrado nada que pueda ofrecer una explicación”. Las autoridades dan por hecho de que se trata de una muerte voluntaria.
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