Las devastadoras inundaciones que asolaron Texas, en el sur de Estados Unidos, han dejado más de 100 muertos, según el nuevo balance anunciado por las autoridades locales. Solo el condado de Kerr, el más afectado, ha reportado 84 víctimas, entre ellas 28 niños. En total, se han contabilizado al menos 104 muertes relacionadas con las inundaciones en la zona central del estado.
«Texas está de luto. El dolor y la conmoción por lo sucedido en los últimos días han desgarrado el corazón de nuestro estado», declaró el senador texano Ted Cruz en una conferencia de prensa. Entre las víctimas se encontraban 27 niños y consejeras del campamento cristiano para niñas Camp Mystic, a orillas del río Guadalupe, que albergaba a unas 750 personas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea visitar la zona el viernes, confirmó la Casa Blanca, refutando las críticas de que los recortes presupuestarios en el Servicio Meteorológico Nacional hayan socavado la fiabilidad de los pronósticos y las alertas. «Culpar al presidente Trump por estas inundaciones es una mentira atroz, que carece de sentido en estos momentos de duelo nacional», declaró la portavoz Karoline Leavitt a la prensa el lunes. Los residentes en la zona han solicitado sistemas de alerta efectivos, cuya implementación quedó paralizada hace años por falta de presupuesto.
Leavitt afirmó que el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS) —varios puestos en Texas estaban vacantes durante las inundaciones, según el New York Times— emitió «pronósticos y alertas oportunos y precisos».
«Sin precedentes en 100 años»
Al considerar las inundaciones «una catástrofe sin precedentes en 100 años», Donald Trump firmó una declaración de desastre el fin de semana para proporcionar a Texas recursos federales. Más de 400 rescatistas, además de helicópteros y drones, participan en la búsqueda, informaron las autoridades.
En la localidad de Hunt, cerca de Camp Mystic, los equipos de rescate pasaron todo el lunes intentando encontrar los cuerpos desaparecidos. Rescatistas en botes y buzos rastrearon las aguas del río, mientras voluntarios patrullan las orillas a caballo.
Tras dos días de búsqueda entre árboles arrancados y los escombros del complejo turístico, esperando hasta el final «un milagro», Michael McCown confirmóque su hija de ocho años, Linnie, había fallecido. «Es la pesadilla de cualquier padre», dijo el senador Ted Cruz. e intensos.
