Maksimovic está cada vez más cerca de convertirse en jugador del Oviedo. El mediocampista serbio, de 30 años, lleva tiempo en el radar del club azul, que lo considera una pieza clave para reforzar la medular en su esperado regreso a Primera División. La operación, que hasta hace poco parecía encallada, ha dado un giro importante en los últimos días: el Panathinaikos, donde tiene contrato hasta 2027, ha comenzado a mostrar disposición para dejarlo salir. En gran parte, gracias a la presión del propio jugador, que está decidido a dar el paso y que está dispuesto a rebajarse el suelo para venir a Oviedo. Los griegos piden dos millones de euros por el pivote. Y en el club lo tienen claro. Paunovic lo quiere en su plantilla, y desde la dirección ven en él un nombre fundamental para construir el nuevo proyecto en la élite.
El técnico conoce bien al futbolista: lo tuvo bajo sus órdenes cuando Serbia se proclamó campeona del mundo sub-20, con gol suyo incluido en la final ante Brasil. Esa conexión personal pesa. Es una de las razones por las que Maksimovic quiere vestir la camiseta carbayona. Según fuentes cercanas a la operación, el jugador está empujando fuerte para que ambas entidades lleguen a un acuerdo. Él quiere volver a trabajar con Paunovic. El pivote quiere jugar en Oviedo.
Pero no está solo en la carrera. Desde Valencia también se han interesado. Allí jugó en la temporada 2017/18, aunque no tuvo continuidad. Apenas sumó minutos antes de ser cedido al Getafe, que un año más tarde pagó diez millones para hacerse con sus servicios. En el Coliseum vivió sus mejores años: seis temporadas, 307 partidos, nueve goles y un rol importante como llegador.
Tras su etapa en España, puso rumbo a Grecia. En el Panathinaikos ha sido subcampeón esta última campaña, participando en diecinueve partidos (once como titular), con dos goles y una asistencia. También tuvo minutos en las fases previas de la Europa League y la Conference League, donde su equipo fue eliminado en octavos por la Fiorentina. Sin embargo, su protagonismo fue a menos, y el futbolista echa de menos el ritmo y la intensidad del fútbol español.
Con 56 internacionalidades a sus espaldas, Maksimovic encaja a la perfección en el perfil que busca el Oviedo: experiencia, presencia física, llegada y jerarquía. El jugador está decidido, y el club también. Ahora, con el precio sobre la mesa, es cuestión de tiempo para que las partes se entiendan. Si nada se tuerce, su llegada podría ser uno de los movimientos más importantes del mercado para el Oviedo y un salto de calidad en su vuelta a Primera.
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