El compromiso de Feijóo

Con el viento a favor y tras una vacilación inicial de su líder, el Partido Popular ha adquirido un compromiso ante los españoles que deberá cumplir si no quiere sumarse a la zozobra de incredibilidad política. En este contrato figura la arriesgada promesa de no gobernar con Vox poniendo el punto de inflexión en los problemas que acarrean las dudas sobre hacerlo. El estigma ultra –ganado muchas veces a pulso, otras inducido– del partido de Abascal ha terminado por ser un escollo no solo en las urnas para los populares, a la vez se ha convertido en el balón de oxígeno de Sánchez para invocar el miedo a una involución.

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