Dos obras de arte de Joao Pedro terminan con el sueño del Fluminense y meten al Chelsea en la final del Mundial de Clubes

El Mundial de Clubes ya tiene a su primer finalista. El Chelsea, o más concretamente Joao Pedro, se ha cargado al Fluminense, el último club de la Conmebol que resistía el dominio de los europeos en Estados Unidos, en un partido de alta intensidad que decidió un actor inesperado [Narración y estadísticas del partido].

El fútbol tiene historias maravillosas y Joao Pedro ha sido el encargado de escribir la última. El enésimo fichaje del Chelsea estaba en la playa hasta el 2 de julio. Fue hace seis días, en pleno torneo, cuando los ‘blues’ anunciaron su fichaje procedente del Brighton previo pago de 63,7 millones de euros.

Precisamente ante el Fluminense, su exequipo, y en su primera titularidad, Joao Pedro se convirtió en el MVP después de marcar los dos goles que metió al Chelsea en la final. Dos testarazos para romper de manera cruel el sueño de los aficionados brasileños presentes en Nueva Jersey.

El primero fue una auténtica obra de arte: recibió Pedro Neto y el portugués puso un centro al área donde no había ningún rematador, por lo que la zaga despejó sin contundencia. El balón le cayó en la frontal del área, algo escorado, a Joao Pedro. El brasileño se acomodó la pelota y ejecutó un remate con rosca inapelable para Fábio Lopes.

Mientras que el segundo fue un disparo potente, seco que quitó las telarañas de la portería. Corría el minuto 55 de partido y a falta de toda la segunda parte por jugar, las sensaciones eran que el partido estaba ya visto para sentencia: Joao Pedro se encargó de aplicar la ley del ex.

No fue el partido con más ocasiones de gol, pero las que hubo fueron muy claras. Ya con el 0-1 en contra imperando en el electrónico del MetLife Stadium, le cayó el balón a Hércules en el área y el brasileño consiguió lo más difícil, superar a Robert Sánchez, pero cuando el balón estaba a punto de cruzar la línea de gol, apareció Cucurella para evitar el empate.

El veterano capitán del Fluminense, Thiago Silva, no evitó un gol en la línea de gol, pero sí privó a Madueke de rematar el centro de Cucurella estando completamente solo y así sentenciar un partido que ya estaba decidido.

Un duelo de estilos

El Fluminense, sabedor de la oportunidad que tenían enfrente, salieron achuchando al Chelsea, aunque su dominio apenas duró unos minutos. Cuando los de Maresca empezaron a jugar en campo contrario, el conjunto brasileño dio un paso atrás y ahí empezaron los problemas.

Durante su participación en el Mundial de Clubes, el ‘Flu’ nunca había estado por debajo en el electrónico y tuvo que llegar Joao Pedro para empezar a trabajar una remontada que no llegó.

De hecho, a pesar de los intentos solo soñaron con el empate cuando el colegiado señaló un penalti por mano de Chalobah en el 35′. La esperanza en remontar apenas duró unos segundos, cuando desde el VAR llamaron al colegiado a revisar la acción. No había penalti.

Renato Gaúcho ordenó a sus jugadores subir las líneas tras el paso por los vestuarios, pero el Chelsea durmió el partido y contagió a un Fluminense que a pesar de querer, el equipo no podía.

El partido se terminó cuando los de Maresca ejecutaron un contragolpe de libro. Cole Palmer -discreto durante el partido- inició la jugada, trastabillado se la pasó a Enzo Fernández, quien asistió a Joao Pedro y en un cuatro para dos soltó un latigazo imparable para Fábio.

Pudo ampliar el Chelsea la diferencia en el marcador, pero los minutos pasaron y los londinenses decidieron controlar el partido para no darle ninguna oportunidad a un Fluminense que se despide del Mundial de Clubes habiendo hecho historia.



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