Una noche dije ‘ya no quiero seguir con la vida, lo pensé por un segundo’

Hace ya más de un año desde la última ocasión en la que Ricky Rubio disputó un partido de baloncesto. Su regreso a las canchas se produjo enfundándose la camiseta del Barça, participando en un Clásico de la Liga Endesa frente al Real Madrid.

Este retorno llegó después de haber superado uno de los episodios más difíciles tanto en su vida personal como en su carrera deportiva: el parón temporal que hizo para priorizar su salud mental, un tema sobre el que ha profundizado en una sincera entrevista junto a Jordi Évole.

El exjugador del Joventut y del Barcelona, entre otros equipos, hizo una impactante confesión: «Una de las noches que estaba en el hotel dije: ‘no quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida. Tengo una familia, tengo un hijo… pero lo pensé por un segundo, notar que algo tomaba el control de mi mismo.».

Ricky Rubió reconoció empatizar con aquellas personas que puedan estar pasando por una situación similar: «Puedo entender a mucha gente, tanto que está en el momento de éxito como, por desgracia, muchos se han quitado la vida, o como gente normal, que dice no puedo seguir. Porque todo te pesa tanto… En el Mundial, cuando digo paro, parece que me muero y que mi vida no tiene sentido».

La historia del base catalán comienza con la grave lesión de rodilla que sufrió en diciembre de 2021, cuando jugaba para los Cleveland Cavaliers: «No quería ni coger el teléfono, porque yo sabía que me había roto. Mi primera reacción es: ‘esto no me ha pasado a mí, pero se van a cagar, y voy a volver más fuerte que nunca».

«Y estoy todo un año con una sensación… que no la entiendo, que estoy enfadado con el mundo. Vuelvo a jugar. Hago toda la recuperación, la preparación para el Mundial. Y me voy al Mundial, pero tengo una sensación rarísima dentro. Me veo en el espejo y digo: ‘algo no va bien», ha revelado el de El Masnou.

«Pedí ayuda como supe», añadió Ricky Rubio, que ha relatado cómo esa tarde pidió a su mujer que le ayudase a hacer las maletas para abandonar la concentración de La Familia.

Su trayectoria en Estados Unidos

Durante la década que pasó en NBA, el catalán aseguró que no tuvo amigos. «Son compañeros. Por mi forma de ser, la verdad, porque me cuesta mucho abrirme y conectar. Y no he sabido tampoco enfrentarme al conflicto.

Lo he vivido con muchos compañeros con actitudes déspotas. Yo no soy capaz de decir: ‘así al camarero no se le habla’. Pero, cómo le voy a decir yo al compañero… Yo me callo, y veo actitudes o comportamientos que no son los correctos.

Muchas veces ellos mismos ni se dan cuenta, es su personaje, es su ego. En el vestuario se hablan cosas que no tienen sentido, de qué coche llevas.

Ricky Rubio, en el banquillo de los Cleveland Cavaliers


Ricky Rubio, en el banquillo de los Cleveland Cavaliers

Cordon Press

¿De verdad voy a competir contigo por tener un coche mejor? No me hará mejor persona», añade el jugador. «Y yo me tuve que crear ese personaje, aunque no quisiera», lamenta.

Ricky Rubio ha señalado que nunca se enamoró «ni de la cultura ni de las tradiciones», y ha valorado que en Estados Unidos «han convertido la NBA en un show, un business, han dejado el amor por el baloncesto. ¿Qué me llevo de Estados Unidos? Lo que no haría, no lo que haría».

El de El Masnou confesó que le gustaría volver a jugar al baloncesto, pero hacerlo sin ser Ricky Rubio: «Yo quiero jugar, pero no puedo. Estoy exprimiendo el máximo para ver si realmente puedo. La respuesta cada día es más clara».

Lamine Yamal, con la Selección


Lamine Yamal, con la Selección

Europa Press

Y de niño prodigio, que debutó con 14 años y estaba disputando unos Juegos Olímpicos con 17, a otro de los talentos precoces del deporte español: Lamine Yamal.

«Creo que se le está dando una responsabilidad a un niño, que igual aún no está preparado. Parece que porque juegues bien al fútbol, en este caso, tenga que saber manejarlo todo. ¿Le estás formando y preparando suficiente para saber eso?», concluyó con esa pregunta retórica.

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