París, la ciudad más densa de Europa, está perdiendo habitantes. Según las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INSEE), la capital francesa ha perdido 123.000 habitantes en los últimos quince años. Una tendencia que se insensificó entre 2023 y 2025, pero que ya había sucedido entre 2021 y 2022, con la pérdida del 0,9%, lo que confirma un patrón a la baja que comenzó en la década de 1950.
Aunque París sigue siendo un símbolo cultural y uno de los principales destinos turísticos, el corazón de la capital de Francia se vacía lentamente. Este cambio demográfico se explica, según este estudio, por múltiples factores interrelacionados; un saldo migratorio negativo, una baja natalidad y la crisis de la vivienda.
El precio de la vivienda se posiciona como una de las principales razones. Actualmente, el metro cuadrado en la capital francesa ronda los 10.000 euros, una cifra que representa un verdadero desafío para muchas familias, especialmente aquellas con varios hijos. A este problema se suma la escasez de viviendas disponibles. Un informe reciente del Ayuntamiento de París constató que un 19% de las viviendas de la ciudad están vacías o se utilizan como segundas residencias, lo que agrava aún más la situación.
A esto se suma, el auge de los pisos turísticos que ha reducido considerablemente la oferta de residencias destinadas a los ciudadanos y ha contribuido al aumento tanto del precio del alquiler como del valor de compra.
Menos migración y natalidad
Otros factores son la caída de la natalidad y de la migración. Exceptuando la década de 2000, actualmente las llegadas a París desde provincias o desde el extranjero son significativamente menores que las salidas de la capital, y aunque este fenómeno puede ser cíclico, el informe señala también un problema estructural; el éxodo tras la pandemia del COVID-19, sumando nuevamente el incremento de los precios en la vivienda y las dificultades para acceder a esta.
Un grupo de turistas camina junto a unos aspersores de agua en una calle de París. / CHRISTOPHE ENA / AP
A todo esto se añade la caída de la natalidad. En 2023, se registraron unos 22.000 nacimientos en la capital, frente a los más de 32.000 de una década atrás. «Entre 2015 y 2021, el exceso de nacimientos sobre las defunciones contribuyó a un aumento de la población del 0,6% anual, pero, por el contrario, el déficit migratorio provocó una disminución del 1,2 %», se puede leer en el estudio.
Ante esta caída progresiva de vecinos, las autoridades temen que París se convierta en una ciudad museo, pensada más para turistas que no para locales. Algo que ya está sucediendo en barrios, como en el distrito 7 o en Le Marais, donde poco a poco los supermercados, las carnicerías y las fruterías han ido desapareciendo, y en su lugar han sido reemplazados por cafés, tiendas o bares.
Una dinámica que podría llevar a la ciudad del amor a perder un promedio de 2.600 hogares al año en los próximos 25 años, y reducir su número total de habitantes por debajo de los dos millones.
Medidas drásticas
Un tendencia que crece años tras año y que ha obligado a las autoridades a presentar diversas medidas con las que pretenden reducir la fuga de habitantes, y los problemas ligados a este fenómeno, con un plan que pretende construir un 40% de hogares sociales para 2035, y un generar un reequilibrio entre el centro y la periferia de la ciudad mediante nuevos planes urbanísticos.
Al mismo tiempo, las medidas para regular los alquileres turísticos, como Airbnb, se han endurecido en los últimos años con restricciones a las rentas de corta duración y con el aumento de los impuestos a este tipo de negocios.
Sin embargo, los expertos y las asociaciones de vecinos denuncian la necesidad de «medidas drásticas» que ofrezcan resultados inmediatos, especialmente ante las últimas cifras; sólo en 2024, París recibió 48,7 millones de visitantes, el doble que otras ciudades o zonas catalogadas ya como «ciudades escaparate», como es el caso de Venecia.

La Torre Eiffel vista desde un tren en París. / Ap
La ciudad de los canales recibe una media de 20 millones de turistas anuales y cuenta con menos de 50.000 residentes. Lo mismo sucede con Barcelona, que ha visto reducida su población local en el centro histórico, como en el Barrio Gótico, que ha perdido cerca del 20% de la población local en los últimos años, según varios estudios.
Lejos de ser un fenómeno regional
Este fenómeno no es regional, insisten desde INSEE. Mientras que el crecimiento de la población se estancó en cinco regiones del país entre 2016 y 2022 (Hauts-de-France, Grand-Est, Normandía, Bourgogne-Franche-Comté, Centre-Val de Loire), en Île-de-France aumentó un 0,36% anual de media, una tasa similar a la del resto de Francia.
Solo hay una zona territorial de Île-de-France que está perdiendo actualmente habitantes: París. A diferencia de otras zonas, como Essonne o Seine-Saint-Denis que son los líderes en crecimiento con un +1 %. “Si se mantienen las tendencias demográficas actuales, París tendrá 82.000 habitantes menos en 2040 que en 2020. Por el contrario, todos los demás departamentos de la región parisina seguirán creciendo demográficamente hasta 2040”, afirman los expertos del Instituto.
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