El doctor Pablo Ortiz (Madrid, 1961), catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, lleva años alertando sobre el peligro de exponerse al sol de forma intensa. Habla con EL PERIÓDICO de una cultura, cada vez menos imperante, se felicita, en la que broncearse venía a demostrar que, además de tener el suficiente nivel económico como para atestiguar que te habías ido de vacaciones, era sinónimo de belleza y salud. Un tremendo error, explica. Las consecuencias de esos excesos de los ‘boomers’, asegura, la ven hoy en consulta. Cada vez hay más casos de cáncer de piel, afirma.
Los dermatólogos alertan de que el cáncer de piel no deja de creer en España. ¿A que lo achaca?. Sí, en tendencias, estamos viviendo claramente un aumento en el número de casos. Hay dos razones: una es que vivimos más, con lo cual a la gente, a lo largo de los años, le da tiempo a desarrollar tumores; y otra es que hay generaciones, ahora que con una edad un poco avanzada, que están desarrollando cánceres, porque han tenido un tipo de exposición solar recreativa. Eso de irte de vacaciones y para demostrar que te has ido, pues tienes que volver muy moreno y, si no, nadie se va a creer que has estado en la playa. Esa exposición solar súper intensa, en muy poco tiempo, es muy dañina para la piel.
¿De qué generación estaríamos hablando ahí? ¿De los ‘baby boomers’, por ejemplo? Probablemente sí. De repente, económicamente, la gente estaba mejor, empezaba a poder irse de vacaciones, no solo al pueblo o al río, sino que muchos iban a la playa. Luego estaba la cultura de, si estás moreno, estás saludable y, si estás moreno, estás más guapo, y claro, todo eso tiene un impacto grande.
Llega una persona que está pálida y le preguntan si está mala. Y eso hace que la gente se sienta estigmatizada
¿Cree que sigue imperando esa percepción entre los más jóvenes? No en lo de saludable, pero sí en lo de belleza. Sigue habiendo una idea de que si quieres estar más guapo tienes que estar moreno. Es verdad que, cada vez más, con las campañas que llevamos impulsando desde hace mucho tiempo los dermatólogos, poco a poco la gente se va concienciando. Pero tambiénque es muy difícil ir en contra de una práctica social, porque luego llega una persona que está pálida y le preguntan si está mala. Y eso hace que la gente se sienta estigmatizada por tener una piel que no ha recibido sol y que, en realidad, es una piel más bonita que la que está dañada.
El no hay moreno que sea saludable, ¿cómo debe interpretarse? Es fácil de explicar. La piel no se pone morena porque decida o que piense que tú estás más guapa por tener ese color. Se pone morena porque el sol le ha hecho daño, ha producido mutaciones. Las células de la piel tienen sistemas para detectar esas mutaciones cancerígenas. Cuando eso está ocurriendo, lanza señales para decir: ‘Por favor, mandadme melanina para ponerme a la sombra’. Y esa melanina -un pigmento natural que desempeña un papel crucial en la protección contra los efectos nocivos de la radiación ultravioleta y en la determinación del color de la piel, el cabello y los ojos- , eso que ves desde fuera, es que te has puesto tu piel morena. Cuando eso ocurre, el daño ya está hecho.
¿Qué recomienda a sus pacientes? Mi recomendación es que desaparezca de su cabeza el concepto de tomar el sol. Del sol tienes que cuidarte. Es importante recordarlo. Es curioso que cala también cuando las campañas se hacen con los niños. Al final se convencen y son los que hacen que los padres y las madres se pongan la crema y se protejan.
Hablaba antes de esa incidencia en generaciones que se expusieron mucho al sol de forma recreativa. ¿Son conscientes del riesgo al que se han sometido? Hay algo que merece la pena que comentemos. Es un estudio, de hace unos años, de la Academia Americana de Dermatología, cogieron a dos grupos de gente y a unos les explicaban que el sol producía cáncer. A otros, que envejecía la piel. Lo curioso es eran aquellos que habían recibido el mensaje de que el sol envejece, los que cambiaban su comportamiento. A mis pacientes les digo que tienen que elegir entre tener una piel morena, y que creen bonita, ahora, o tener una piel envejecida después. Porque no son compatibles.
¿Y le hacen caso? Pues como todos los pacientes. Unos sí, otros no. Pero nuestro papel, o al menos el mío, creo que es poner las cartas boca arriba para que esa persona pueda decidir. Les digo que se escuchen y ellos eligen. Es muy parecido a lo del tabaco. Todos vemos que gente que fuma sabe que produce cáncer. Y les da igual, siguen fumando.
¿Cuál es la mejor protección frente al sol?. Es verdad que cada año están saliendo cremas mejores, con mejor perfil de protección. Las antiguas no cubrían bien. Pero otra cosa que también les digo a mis pacientes es que es mucho mejor, mucho más rápido y mucho más barato, usar ropa y sombrero (para cubrirse) que una crema. Y si no quieres, en las zonas expuestas, ponte cremas.
Suscríbete para seguir leyendo