Los Sanfermines 2025 echan a andar con toda su aureola de fiesta conocida en todo el mundo. Con sus pros y sus contras, sus propias virtudes y defectos y sus alegrías y miserias. La última, el vídeo oficial del Ayuntamiento, que pasa por alto tanto la advocación de Fermín de Amiens como el elemento más universal que le acompaña: el toro.
Sin embargo, en Pamplona también ha sido motivo de debate un hecho que, como mínimo, les ha llamado la atención: las Fallas son una fiesta más valorada de España de acuerdo con la última de las encuestas a una cierta escala.
Es la realizada, sobre un universo de más de tres mil personas, por la firma Grefusa que, como parte de su campaña de marca (la pipa más grande), elabora acciones relacionadas con la palabra «Grande».
Y muy cerca, las fiestas de Sevilla
De acuerdo con el estudio, que tuvo especial repercusión mediática en Navarra, los Sanfermines no son la fiesta más admirada o valorada: es la segunda, superada por las Fallas. Por un estrecho margen la fiesta de València adelanta a la de Pamplona, teniendo no muy lejos las dos emblemáticas de Sevilla, como son la Semana Santa y la Feria de Abril.
Fallas, Sanfermines, Semana Santa, Feria y Tomatina son las citas más referenciadas en la infinidad de portales que se dedican a señalar las fiestas bajo diferentes adjetivos. «Mejores», «más bonitas», «más espectaculares», «más conocidas» o «más valoradas». Fiestas que, de todos modos, son difícilmente comparables por la enorme diferencia entre unas y otras en cuanto a concepción o ritual.
Se puede generalizar que las Fallas tienen una gran aceptación entre el público español, pero que son menos conocidas en el ámbito internacional. Ahi es habitual la presencia de los Sanfermines, pero llama la atención especialmente la presencia de La Tomatina casi como un fijo, a pesar de ser una fiesta tan restringida en fechas y público. Ambas tienen dos elementos que son los que hacen asombrosa a ojos ajenos: cientos de personas corriendo delante de las astas de un toro y cientos de personas lanzándose tomates.
Egos satisfechos
De todos modos, no hay que engañarse: según sea el portal que se lea, el ego de unos y otros, de cualquiera de las fiestas top de España, se puede satisfacer. Porque siempre uno, en cualquier ámbito universal, señalará a alguna de ellas como la más apreciable.
Fallas y Sanfermines nunca han mantenido relación como fiestas. Las Fallas las tienen con Alicante, Castelló, Murcia y Burgos, más la presencia de comisiones en la Ofrenda del Pilar de Zaragoza. Pero, en general, es conocido que uno de los estereotipos de la fiesta de Pamplona -el consumo de alcohol- se ha visto siempre como algo a evitar. Durante mucho tiempo se ha acuñado la premisa de evitar la «sanferminización» de las Fallas.
Eso no quiere decir que la relación entre los pueblos no sea intensa: los navarros como visitantes a Fallas y los valencianos, como visitantes, y participantes activos y visibles en la versión premium de los «Bous al Carrer».
Pasión compartida por la pirotécnia
A pesar de que hay otras características en las que ambas son coincidentes, incluyendo el asociacionismo o el gusto por el buen comer, el folclore, las verbenas y, especialmente, la pirotecnia -el festival aquí es nocturno y se celebra a las 23 horas, con amplia participación de empresas valencianas-. También coinciden, ambas partes pueden reconocerlo, en el punto caótico del que hacen gala.
En cualquiera de los casos, las Fallas, fiesta Patrimonio de la Humanidad, ganan el último sondeo ante los Sanfermines. El suflé se bajará en seguida cuando se vea el derroche mediático que recibirá el Encierro de Pamplona y que, ahora, el foco lo acapara el pañuelo rojo.
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