Cuando el diablo se viste de Tour

Cuando el demonio se viste de Tour seduce el cuerpo de todos aquellos que se pasan un año esperando la carrera. Es el diablo que se expande por toda Francia y es el que cautiva, si alguna vez ha existido un diablo bueno, a los miles y miles de aficionados que a lo largo de tres semanas llenarán las cunetas de las carreteras por donde transitará la prueba.

Fuente