Rebeca Torró / Jero Morales / EFE
El día más trascendental de la vida (política) de Rebeca Torró fue el 27 de junio de 2018. Esa mañana se desataba la Operación Alquería y la UDEF de la Policía Nacional detenía al presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, por un presunto caso de corrupción que los juzgados dejarían en nada cinco años después, con todos los investigados absueltos. Pero eso es lo de menos en esta historia. Rebeca Torró tenía 37 años entonces. Había crecido políticamente al lado de Rodríguez como concejal en Ontinyent y más tarde a su sombra en la corporación provincial. Y ese día decidió volar. Se alejó del detenido y su equipo más cercano, que desde el minuto uno defendió su inocencia y se mantuvo en la alcaldía con un partido nuevo tras ser expulsado del PSOE, se alejó de la vida política de su ciudad natal y se mantuvo leal a las siglas con las que había obtenido cargos. Las antepuso a las amistades personales.
Ese día es la pieza clave para que hoy esté en la secretaría de Organización del PSOE. Ese día empezó a crecer en el PSPV de Ximo Puig siempre desde perfiles bajos, sin características de estrella ni declaraciones altisonantes. No es su estilo. Lo que la ha hecho crecer es el sello de buena gestora. Es el que se labró cuando llegó en 2020 la pandemia y se convirtió en piedra angular en la administración de Puig ante la tragedia. El primer gran contrato para la obtención de material sanitario tuvo su marca. Se hizo a través de un empresario chino de Ontinyent. El PP lo denunció más tarde. La Agencia Antifraude abrió una investigación. Pero no se ha sabido que haya ido más allá. Pasados los momentos más duros, de aquella experiencia salió catapultada como consellera de Política Territorial (2022) y, tras la derrota electoral de la izquierda, com portavoz de los socialistas en las Corts. Hfue breve. Hasta que Pedro Sánchez la reclutó como secretaria de Estado de Industria del Gobierno de España en diciembre de 2023.
Su papel protagonista por unos meses en las Corts ha sido su contacto más directo con la vida de partido. Porque lo suyo hasta ahora ha sido la gestión. ¿Por qué Torró como secretaria de Organización ahora? ¿Por qué ella en el momento más difícil del partido? Posiblemente por eso. Porque no ha tenido perfil de fontanera, porque ser mujer la aleja de comportamientos impresentables que se han destapado ahora. Porque lo que se intenta es abrir una experiencia nueva, desde un perfil bajo y sobre todo técnico. No lo va a tener fácil en el cocedero político que envuelve a Ferraz. Pero Torró tiene en su lista de trabajos políticos haber soportado ya momentos que parecían sin salida. Quién sabe.