Álvaro se ha salido con la suya. El hombre provocó un incendio estando ebrio que casi acaba con la vida de César… y de Octavio, quien estaba reunido con el mexicano en El Pinar.
Álvaro ha intentado desviar la atención todo el rato y entorpecer la investigación de las autoridades. Encontraron en la escena una botella de whiskey, una de las tantas que se sirvieron en la fiesta de cumpleaños de Octavio.
Pero Álvaro ha logrado que los ojos no recaigan sobre él gracias a un favor: han manipulado la botella para que las huellas fuesen irreconocibles, así nadie sabrá que fue él el que provocó el incendio… pero nada se le escapa a Patricia.
La mujer de David recuerda el momento en el que Álvaro abandonó la fiesta, ebrio y con una botella en la mano, y sus reacciones ante los avances policiales le han hecho sospechar. Lo último ha sido la herida en el brazo que Álvaro no para de esconder.
En plena noche, lejos de miradas no deseadas, Patricia confronta a Álvaro. “A Octavio le va a encantar saber que intentaste matarle”, le dice Patricia con tono amenazante. Desde luego, su silencio tiene un precio, y Álvaro estará dispuesto a todo con tal que este secreto no salga a la luz.