¿Cuándo comienza su interés y trabajo por la Unión Europea?
Comencé en la Asociación de Juventud Europea de Canarias (Juveucan) cuando estaba estudiando la carrera de Derecho. En la universidad descubrí que compartía los intereses de la Unión Europea como el respeto, los valores democráticos o la defensa de la diversidad. Precisamente, el lema de la UE es Unidos en la diversidad y yo creo en el sentido de unión, de pertenencia y de ser un colectivo único. Participé en una simulación del Parlamento Europeo, que me dio la oportunidad de conocer este mundo desde dentro y, más adelante, de ser vicepresidenta de la Juveucan.
¿Cómo valora el papel de los jóvenes en la conservación de la democracia?
El interés por la política es cada vez menor entre los jóvenes, algo preocupante en un mundo donde los extremos y los conflictos armados están en auge. Existe una desafección en torno a la democracia en general y, aún más, con respecto a la ley europea, porque no la vemos tan cercana como lo que realmente está. En Canarias muchas veces sufrimos esa desconexión como consecuencias de vivir en una región ultraperiférica.
Y, ¿cómo cree que valoran la democracia las generaciones más mayores?
En el caso de España, la primera generación de la Unión Europea tuvo que luchar por tener una democracia. Si comparas posiciones entre mi abuelo de joven, que nació en una dictadura, con otros jóvenes, vemos la diferencia entre quien ha tenido que luchar por una democracia y quien la ha tenido servida en bandeja y la da por sentada. Es importante entender que la democracia, así como la hemos conseguido, la podemos perder dependiendo de a quién elijamos para gobernar.
«Reclamamos igualdad real de oportunidades, sin que el país donde nacimos determine nuestro futuro»
¿Qué medidas se podrían promover para fomentar la participación de los jóvenes en la política?
Que nos escuchen. Los jóvenes europeos necesitamos más que un billete de interrail o una beca Erasmus para estudiar en el extranjero. Reclamamos igualdad real de oportunidades, sin que el país donde nacimos determine nuestro futuro. Eso implica poder acceder, en condiciones justas, a una educación y sanidad públicas de calidad, así como a algo tan esencial como una vivienda digna.
Cada vez hay más gobiernos de extrema derecha en Europa. ¿A qué cree que se debe?
El voto joven juega un papel muy importante en el auge de la extrema derecha. Las redes sociales favorecen la polarización, ya que las nuevas generaciones son fácilmente manipulables cuando usan Tik Tok o Twitter como fuentes de información. Cuanto menos informada está una persona, más fácil es venderle datos falsos.
¿Cómo se promueve la democracia?
Es esencial entender la importancia de volver a nuestras raíces y hacer memoria de dónde partimos. Una solución podría ser una mayor pedagogía en torno a todos los políticos. El joven ve la política muy lejos y, con todas las situaciones de corrupción que se están destapando en la actualidad, el resultado es potenciar la idea de que la política «no es lo nuestro» y que no nos afecta bajo el argumento de que todos los políticos son iguales.
¿A qué problemas tiene que hacer frente la UE?
Hay problemas, sobre todo, en torno a la igualdad entre lo que se puede llegar a considerar la Europa de primera, en la que se encuentran los países del norte, y la Europa de segunda, que conforman el resto de Estados. En ese sentido, no es comparable la situación que tiene un joven danés, sueco o noruego con la que tiene un joven español. También es una realidad que hay crisis de vivienda y fuga de cerebros pues, aunque Europa tiene una de las mejores educaciones públicas, sigue existiendo el problema de que los jóvenes no se quedan.
«Las necesidades de las personas cambian y no requerían lo mismo nuestros abuelos y padres que los jóvenes de hoy»
En el día del orgullo LGTBIQ+ miles de jóvenes desafiaron al gobierno de Hungría y salieron a la calle. ¿Cómo valoras este hecho?
Me parece fenomenal que se manifiesten y que utilicen su voz. Todas las reivindicaciones son importantes y es esencial la lucha a favor de que se respeten los valores europeístas y entender que la Unión Europea no puede simplemente mirar hacia otro lado. Cualquier lucha significativa, como la que implicó defender el matrimonio homosexual o el voto de la mujer ha venido a raíz de las nuevas generaciones, porque son ellos los que entienden realmente la sociedad en la que vivimos y no tienen esa idea tan cerrada y tradicional de lo que tiene que ser, en este caso en particular en Hungría, el amor.
Las nuevas generaciones toman el relevo en la Unión Europea, ¿en qué se diferencian?
Son dos generaciones un poco opuestas. Creo que tienen un núcleo común, que es el respeto por la Unión Europea, pero los intereses que defendemos son diferentes. Las necesidades de las personas cambian y no requerían lo mismo nuestros abuelos y padres, que estaban saliendo de una dictadura que los jóvenes de hoy en día. El legado que podemos entender y que compartimos es el respeto hacia una sociedad más democrática y hacia un empeño por lograr una sociedad europea más unida y cohesionada.
Participó en una mesa de debate entre jóvenes, en el contexto de la Universidad Popular de Maspalomas, bajo el título Europa: Un espacio de democracia y libertad. ¿Cómo valora estos espacios?
Son fundamentales. Muchas veces no se nos dan espacios a los jóvenes para poder exponer nuestros puntos de vista. ¿Cómo vamos a trabajar los problemas de la juventud si no se nos escucha? Dejarnos participar en espacios como este debería ser una línea continuista en todos los eventos. Los jóvenes somos el futuro y es importante que se nos escuche y se nos entienda.