‘I quit’
HAIM
Universal
Pop-rock
★★★★
Las rupturas sentimentales son una fuerza motriz de la narrativa pop y del cancionero de HAIM: recordemos ‘The wire’, bonito lamento sobre los problemas de comunicación con desenlace fatal, perla de su debut, ‘Days are gone’ (2013). Ahora, en ‘I quit’, su cuarto disco, las californianas transitan ese territorio con mayor conocimiento de causa si cabe, y más dolor, y más profundo, dada esa separación de Danielle Haim y Ariel Rechtshaid, quien hasta ahora había sido cómplice del grupo en calidad de productor.
La dimisión, derrota o rendición que expresa el título va acorde con un cancionero en el que los brillos melódicos marca de la casa se cruzan con algunas marejadas turbias y muchos textos sufridos. Empezando por ‘Gone’, pórtico del disco, donde a cuenta de un pop-góspel contagiado de ‘Freedom ‘90’, de George Michael (‘sample’ acreditado), flota un texto que funde frustración y alivio: “Nunca me viste como era / No puedes fingirlo (…) / No te cambiaré / Ya que me fui (por mi cuenta)”. Y siguiendo con ‘All over me’, donde Danielle y sus hermanas, Alana (la actriz de ‘Licorice pizza’) y Este, liquidan toda posibilidad de romance y atan en corto al ligue pasavolante: “En tu cama o en mi suelo, pero no me digas que te has enamorado”.
Luz y drama
Pop de guitarras cortantes y coros tenues (a lo Fleetwood Mac, influjo bautismal que no se desvanece), como en la igualmente esbelta ‘Take me back’, y en una versión más dulce, en ‘Lucky stars’. Y cruzándose con el r’n’b, un registro muy suyo, tenemos la envolvente ‘Relationships’, una de las cimas. Rechtshaid ya no está, pero sigue ahí, a la coproducción, Rostam Batmanglij (exVampire Weekend), al que se suma Buddy Ross (habitual de Frank Ocean).
HAIM es un grupo tan dado a la luminosidad como al arreglo esquivo y aquí acentúa el contraste entre su inclinación ‘middle of the road’ y un clima enrarecido como el que flota en torno a otro tema de nota, ‘Everybody’s trying to figure me out’, con sus guitarras levantiscas y ese trayecto en crecimiento. Y esa atrevida electrónica juguetona de ‘Million years’. Más reconocibles son sus acercamientos a un registro soft rock, caso del apreciable medio tiempo ‘Love you right’, con mandolina y piano.
Sí, ‘I quit’ es un álbum con muchos y variados perfiles, y pese a eso presenta una coherencia. Los textos refuerzan la idea de disco sujeto a un concepto, y se desbocan en uno de los temas finales, el filo-folk ‘Blood in the street’. “Seguro que no te importaría / si yo estuviese muerta en la calle, cubierta de sangre / y puedo contar con una mano / todas las veces que realmente me hiciste sentir libre”. Esa libertad termina ganando, representada por la invitación final a la pista de baile de ‘Now it’s time’, donde HAIM nos recuerda que de las experiencias desagradables pueden brotar buena música. Jordi Bianciotto
Otros discos de la semana
‘El retorno’
Santiago Motorizado
Nacional Records
Indie rock
★★★
El líder de Él Mató A Un Policía Motorizado se estrena en solitario con una colección de canciones escritas a lo largo de los últimos tres lustros en las que se imponen una mirada entre perpleja y nostálgica y un sonido que, sin alejarse de los patrones establecidos en el formato de banda, apuesta por una mayor sencillez y claridad. Brillan, como siempre, las melodías y la emocionante voz de Santiago, especialmente expresiva en la versión del grupo 107 Faunos ‘Jazmín chino’. Rafael Tapounet
‘Clay’
Herbert & Momoko
Strut Records
Canción y house
★★★
El músico británico Matthew Herbert nos debía un baile así desde hace tiempo. En ‘Clay’ aparca su discurso más político, cuelga la bata de científico excéntrico del ritmo y se alía con una prometedora cantautora y percusionista, Momoko Gill, para volver al terreno de juego de su magistral ‘Around the house’ (1998). Esto es música de baile y es canción pop, es música sensual y melancólica. Se baila, se tararea y se murmura en proporciones que van cambiando a lo largo del disco. Y no es nuevo. Pero este ‘groove’ suyo, este caminar dislocado y raro, tan imperfecto y tan irresistible, no lo tiene nadie más. Roger Roca
Suscríbete para seguir leyendo