Keir Starmer, el primer ministro británico, confirmó este miércoles por la noche que Rachel Reeves continuará al frente del Ministerio de Hacienda, en un intento por sofocar los rumores sobre su posible salida, que habían provocado una fuerte corrección en el mercado de deuda pública.
En declaraciones a la ‘BBC’, Starmer aseguró que Reeves permanecerá en su puesto “durante muchos años”, y subrayó que ambos mantienen una relación de trabajo estrecha y alineada.
“Pensamos de forma conjunta, trabajamos en equipo y compartimos la misma visión”, declaró el primer ministro, en un intento por frenar la especulación sobre su relevo, que había desatado nerviosismo entre inversores y operadores.
Los comentarios de Starmer llegaron tras una jornada agitada en los mercados británicos. Por la mañana, las dudas sobre la continuidad de Reeves, alimentadas por una comparecencia especialmente emotiva de la ministra en la Cámara de los Comunes (llegó a derramar unas lágrimas), provocaron una significativa caída de los bonos y de la libra esterlina.
El rendimiento de la deuda pública a 30 años llegó a subir más de 20 puntos básicos, superando el umbral del 5,4%, mientras que la divisa británica se depreció más de un 1% frente al dólar, situándose por debajo de los 1,36 dólares.
El trasfondo de esta crisis de confianza en los mercados se encuentra en la inesperada retirada, un día antes, de una de las principales reformas sociales del gobierno laborista. El Ejecutivo de Starmer había anunciado que eliminaría ciertos beneficios sociales para generar un ahorro de 5.000 millones de libras, pero la iniciativa fue finalmente descartada tras una revuelta interna entre diputados del Partido Laborista.
Este giro político provocó inquietud entre los inversores, preocupados por la estabilidad del programa fiscal británico y su impacto sobre el endeudamiento público. Aunque Reeves no logró sacar adelante sus propuestas presupuestarias, el mercado de bonos la valora como una responsable de Hacienda prudente y comprometida con las reglas fiscales, que son clave para la credibilidad financiera del Reino Unido.
La posibilidad de que pudiera ser sustituida por una figura más dispuesta a flexibilizar la disciplina fiscal fue percibida como un riesgo bajista para los activos británicos.
Sobre las lágrimas en el Parlamento, Starmer reiteró que se debió a un asunto personal sin relación con decisiones políticas ni con las conversaciones mantenidas entre ambos en los últimos días. “He sido claro desde el principio: no tiene nada que ver con cuestiones de gobierno ni con ningún desencuentro. Rachel y yo seguimos plenamente coordinados”, sentenció.
Starmer también aseguró que Reeves seguirá siendo una pieza fundamental en ese plan a largo plazo. “Esta es la relación de confianza y colaboración que tenemos, y con la que afrontaremos juntos los próximos desafíos”, concluyó.
En cualquier caso, la jornada del miércoles volvió a poner de manifiesto la sensibilidad de los mercados británicos ante cualquier signo de debilidad en el compromiso del gobierno con el control de las finanzas públicas. Tras las palabras del primer ministro, los bonos británicos y la libra se han estabilizado.
«Desde 2022, hemos visto picos más frecuentes en los rendimientos del Reino Unido, una característica del mercado de bonos británico desde la pandemia. Es probable que esto continúe hasta que los niveles de deuda bajen y las tasas de gasto del sector público vuelvan a los niveles previos a la pandemia», afirma Kathleen Brooks, directora de Análisis de XTB.