Los trabajadores del transporte público en Menorca, unos ciento y pocos en total sumando conductores, personal administrativo, de limpieza y jefes de tráfico, han convocado una huelga que comenzará el próximo 18 de julio, como medida de presión ante el bloqueo de la negociación del nuevo convenio colectivo. Según explicó en Herrera en COPE Menorca Román Gavela, portavoz del sindicato SATI en la isla, las movilizaciones continuarán los días 21 y 23 de julio, y a partir del 25 el paro pasará a ser indefinido si no hay avances con la patronal.
La huelga afectará a las tres principales empresas de transporte en la isla —Empresa Torres, Transportes Menorca y Autocares Fornells— y se prevé que cause notables inconvenientes tanto a los residentes como a los miles de turistas en plena temporada alta. Gavela subrayó que no es una medida deseada, pero necesaria para que se respeten los derechos laborales de toda la plantilla.
Sueldos congelados y jornadas extenuantes
El portavoz sindical relató que desde diciembre han mantenido más de una docena de reuniones con la patronal sin lograr avances. La falta de respuesta a las propuestas alternativas de los trabajadores ha obligado a convocar paros para desbloquear la situación.
Las principales reclamaciones de la plantilla son una subida salarial ajustada al coste de vida, la regulación de los descansos entre jornadas y vacaciones, así como la renovación completa de un convenio “obsoleto” que no contempla la realidad actual de toda la plantilla, ya que regula casi en exclusiva las condiciones de los conductores y deja de lado a otros colectivos como administrativos, limpieza o jefes de tráfico. Gavela denunció que este convenio, además, estuvo años congelado y no se ha adaptado a la mayor demanda del servicio ni a la inflación acumulada.
El sindicalista explicó que las jornadas actuales son “partidas y muy largas”, lo que dificulta la conciliación familiar y provoca un agotamiento crónico en los empleados. En temporada alta, muchos conductores encadenan días sin descanso semanal o con turnos de apenas unas horas libres entre el último servicio de la noche y el primero de la mañana siguiente. “La carga de trabajo que soportamos hoy no tiene nada que ver con la de hace 20 años, pero las condiciones son idénticas. No se respetan los tiempos de descanso marcados por el Estatuto de los Trabajadores ni se garantiza que las vacaciones sean completas y seguidas, como debería ser”, lamentó.
Gavela señaló también que las condiciones no han mejorado en más de dos décadas pese al aumento de la demanda y la presión turística, y criticó que el sector ha perdido atractivo para los profesionales. La precariedad empuja a muchos conductores a abandonar el transporte público y optar por otros empleos en sectores como la distribución o la hostelería, con mejores horarios y menos exigencias. “Optan por trabajar en una lavandería o en Mercadona, donde hay mejores condiciones y menor responsabilidad”, explicó.
La falta de incentivos provoca, además, que muchas vacantes queden sin cubrir y que los nuevos conductores, incluso con formación financiada por programas públicos, abandonen el sector al poco tiempo. Según Gavela, esta situación genera un círculo vicioso: “Cada vez hay menos conductores porque nadie quiere quedarse, y cuanto menos personal somos, más dura se hace la jornada para los que permanecen”.
Servicios mínimos y voluntad de diálogo
El sindicato ha advertido de que cumplirá los servicios mínimos decretados por el Govern balear siempre que no sean excesivos. En caso contrario, tienen previsto denunciarlos. Gavela defendió el derecho constitucional a la huelga y recalcó que la plantilla mantiene la voluntad de negociar en cualquier momento para evitar un conflicto prolongado.
Según el portavoz del SATI, la actitud de la patronal ha sido de bloqueo desde el inicio de las negociaciones. La plantilla, por su parte, aprobó por unanimidad el calendario de movilizaciones en las asambleas celebradas esta semana en Mallorca y Menorca, y espera que el conflicto se reconduzca cuanto antes.
El representante sindical también pidió disculpas a los usuarios por las molestias que la huelga pueda ocasionar, pero insistió en que las actuales condiciones son insostenibles y el sector necesita un cambio profundo para atraer y retener trabajadores a largo plazo.