El ambiente dentro del PSOE se ha tornado cada vez más tenso y preocupante a medida que se acerca el Comité Federal, un encuentro que se presenta como absolutamente crucial para el partido. La detención de Santos Cerdán, que ya cumple su tercera noche en la cárcel de Soto del Real, ha dejado una profunda huella en las filas socialistas, cuyo ánimo se encuentra «por los suelos». Así lo resumía un destacado dirigente territorial: «Vivimos en una pesadilla».
Las bases se calientan
Más sobre Santos Cerdán
El malestar crece de manera exponencial entre las bases cuando escuchan declaraciones de miembros relevantes del partido, como María Jesús Montero, que hablaron en pasado remoto sobre la situación de Santos Cerdán. Según reflejan críticos internos, estas palabras causan una mezcla de decepción y vergüenza. «Hasta a nosotros nos avergüenza», coinciden varios cuadros socialistas, un sentimiento que evidencia la profundidad de la crisis que atraviesa la formación.
Mientras tanto, Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno y líder del partido, no ha ofrecido todavía ninguna señal clara sobre cómo piensa afrontar esta tormenta interna. Según informa Ricardo Rodríguez, jefe de Política de COPE, «no hay nada, es de hace demasiados días, el reloj interno está detenido». Sánchez regresa esta misma tarde a Moncloa tras clausurar la cumbre de la ONU sobre Financiación al Desarrollo en Sevilla, y se espera que desde ese momento pueda liberar su agenda para ultimar los anuncios ante el Comité Federal.
Pedro Sanchez
La creciente presión interna ha llevado a que en el entorno presidencial se reconozca la escalada de tensión, con la posibilidad de cambios significativos en la estructura del PSOE y la preparación de un paquete legislativo orientado a combatir la corrupción, en un intento de atajar la crisis y recuperar la confianza. Sin embargo, voces dentro del partido dudan de la eficacia de estas medidas en un contexto tan convulso.
Un escenario insostenible
La entrada en prisión de Santos Cerdán ha supuesto un golpe durísimo para la imagen del PSOE, agravando una crisis que ya se veía venir. La preocupación no solo es por el impacto mediático, sino también por la desmoralización interna que se ha instalado entre sus filas. Los dirigentes avisan a las cúpulas del partido que las bases están al límite y que la paciencia comienza a agotarse.
El Comité Federal, que tradicionalmente marca la hoja de ruta del partido entre congresos, se presenta como el momento decisivo para que Pedro Sánchez articule una respuesta contundente y coherente que calme los ánimos y marque un nuevo rumbo. Por el momento, la incertidumbre y la falta de comunicación oficial alimentan el descontento y la sensación de que el PSOE navega a la deriva en una tormenta política inesperada.

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez
Además, el propio PSOE se encuentra en una encrucijada que exige no solo medidas internas sino también una renovación de su compromiso público con la transparencia y la lucha contra la corrupción, un tema especialmente sensible tras los recientes escándalos. En este sentido, las próximas semanas serán decisivas para definir si Sánchez logra frenar la caída libre del partido o si el descontento acaba por traducirse en un terremoto político de consecuencias imprevisibles.
El PSOE, en suma, vive momentos delicados, con sus bases en ebullición y un líder que, por ahora, mantiene el silencio. El Comité Federal será la prueba de fuego para un partido que necesita urgentemente recuperar el pulso y la confianza de sus militantes y simpatizantes.