Entre aplausos, bajo un cielo más despejado de lo que se podía esperar y con el sonido de las gaitas de la banda ‘Saxum’ de fondo. Así fue recibido este jueves en Gijón el buque escuela ‘Juan Sebastián de Elcano‘. Su tan esperada llegada al puerto de El Musel, en concreto al Espigón II, se produjo pasadas ligeramente a las 8.00 horas. Todavía está pendiente la de la fragata de la Armada ‘Blas de Lezo’, que está tomando posición.
La primera de las embarcaciones en atracar en el puerto gijonés fue el’ Elcano’. Múltiples cámaras captaban todo detalle de su acercamiento.
Era la embarcación que mayor expectación generaba entre los presentes -profesionales de medios de comunicación, otros trabajadores y familiares de quienes venían a bordo- del buque escuela, que hacía 12 años que no pasaba por puertos asturianos. Además, esta vez en cuyo interior estaban los 76 guardiamarinas, con la princesa Leonor entre ellos, así como un joven gijonés, Lucas Granda.
Todos ellos estaban dispuestos en las distintas partes de la cubierta del buque. La princesa de Asturias se encontraba en el centro, justo encima de una zódiac y junto a una veintena de compañeros.
En tierra firme, uno de los primeros en poder saludarles fue el comandante naval de Gijón, Luis Vicente Márquez. Después, los marinos que les han dado instrucciones durante estos meses pudieron a bajar a saludar y abrazar a sus familiares.
De esta forma ha arrancado esta visita de cinco jornadas del «Elcano» y la «Blas de Lezo» a Gijón. Está previsto que a lo largo de la jornada se realicen las visitas institucionales del Principado, con el presidente Adrián Barbón a la cabeza, y del Ayuntamiento gijonés, cuya comitiva la liderará la regidora, Carmen Moriyón. Asimismo, a partir de las 20.00 horas, se desarrollará un acto de recepción con autoridades y otras personalidades.
Será a partir de mañana y hasta el domingo cuando la población pueda visitar el buque y la fragata. Los horarios de visita establecidos son de 15.00 a 22.00 horas. Para facilitar la llegada a vecinos y visitantes, el Ayuntamiento de Gijón reforzará los trayectos de la línea 6 de Emtusa, que conecta el Polígono de Porceyo y El Musel.
La de Gijón es la penúltima escala que hace este año el navío, en el que las labores de comandante las desarrolla Luis Carreras-Presas do Campo. El martes, la princesa Leonor y el resto de la tripulación regresarán a la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra –harán una parada previa en Ferrol–, para concluir el crucero de formación y el curso con la entrega de los despachos, previsiblemente el próximo 16 de julio, festividad del Carmen.
Gijón, historia y Familia Real
La de hoy no es la primera visita regia que enlaza a Gijón con la mar y la Familia Real a lo largo de la historia, ni mucho menos. Isabel II, Amadeo de Saboya, Alfonso XII y Alfonso XIII ya tomaron contacto con el Cantábrico en la ciudad durante sus reinados. Alfonso XIII, en particular, recaló en la ciudad en múltiples ocasiones movido por su afición a los deportes náuticos. También pasaron por ella el abuelo y el padre de Leonor, en calidad de Príncipes de Asturias y luego como Reyes. Juan Carlos I visitó, por ejemplo, la Universidad Laboral en 1961 y la Feria de Muestras en 1970 antes de ser coronado.
Felipe VI, por su parte, dejó su impronta en el Museo del Ferrocarril o en la avenida que lleva su nombre entre Pumarín y La Calzada. Su última visita fue en mayo del año pasado, cuando presidió en el paseo del Muro un acto previo al Día de las Fuerzas Armadas. Ahora, le toca el turno a Leonor en una estancia en la que la expectación es máxima y que constituye un punto de inflexión que pone rumbo al final de su formación en la Armada.
Gijón, puerto cantábrico y ciudad marinera, se convierte así en escenario de este relevo simbólico entre fragata y bergantín. Una escala que une la historia local con la de la monarquía, esta vez con la mar como puente entre el pasado y el futuro de la Corona.