Se llama Erika y la Guardia Civil la detuvo ayer en su piso de Vallecas (Madrid) acusada de asesinar a su bebé, una recién nacida de apenas cinco dias de vida, el pasado mes de diciembre. Agentes humanos y caninos registraron el piso durante varias horas en busca de restos de sangre y otras pruebas. Según ha podido saber el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, es la segunda vez que Erika, ahora de 39 años, casada y madre de otros tres hijos, se ve envuelta en la muerte de un bebé poco después de dar a luz.
Según ha podido saber este medio, en el año 2004, cuando Erika era menor de edad y tenía 17 años, dio a luz a otro bebé, que terminó muriendo poco después. Aquella muerte quedó archivada sin culpables, pero ahora los investigadores de la Guardia Civil la consideran «de interés» para trazar un perfil de esta madre, de origen ecuatoriano y afincada en Madrid hace más de veinte años.
Nació viva
De momento Erika está detenida y acusada de haber asesinado a su última hija, un bebé de cinco días, el pasado 12 de diciembre. Luego, habría tirado los restos de la niña, a la que habría decapitado, en varias bolsas de basura. Aquella madrugada, un trabajador del centro de reciclaje de Loeches (Madrid) encontró primero la cabeza y luego partes del cuerpo de la recién nacida.
La Guardia Civil puso en marcha la operación Natal. La autopsia reveló que la niña había nacido viva. El análisis de ADN señaló además que era de origen sudamericano o tropical. Las bolsas de basura a las que había sido arrojada procedían de un contenedor cercano al Puente de Vallecas, apenas a quince metros de distancia de la puerta de la casa donde ayer fue detenida Erika.
No dijo nada
La mujer vivía en un sexto piso junto a su marido y sus tres hijos (dos niñas y un niño de entre 8 y 14 años). La hipótesis de la Guardia Civil es que dio a luz en la casa y luego acabó con la vida de la niña. Después, la habría troceado para poder meterla en varias bolsas de basura. Ayer, durante el registro, la madre acusada de matar a su bebé no dijo nada.
Lo que parece descartado, con los datos obtenidos hasta el momento, es la posible implicación de su marido. Los investigadores han comprobado que no estaba en la casa el día del crimen. Todo indica, incluso, que el hombre se enteró ayer de que su mujer había estado embarazada.
