«Es un cumplido que en el PSOE me llamen hooligan». Así se despachó ayer la que será nueva portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Ester Muñoz (León, 1985), tras conocer la reacción de Ferraz a su nombramiento y el del secretario general del PP, Miguel Tellado. De hecho, tras confirmar Alberto Núñez Feijóo que ella será la voz y el rostro de los populares en la Cámara Baja, convocó un canutazo a las puertas de la sede de Génova para despacharse a gusto. Asume el cargo con «responsabilidad, ilusión, compromiso, firmeza y valentía» ante un gobierno «que no gobierna, solo ocupa, y está lleno de corrupción de prostitución». Así se las gasta.
Muchos de sus compañeros de escaño aseguran que terminó de consagrarse internamente durante su intervención en el debate sobre la tragedia de la Dana, el 20 de noviembre el año pasado, donde se tiró al cuello, dialécticamente hablando, de la ex vicepresidenta y ministra de la Transición Ecológica Teresa Ribera. Feijóo, con el beneplácito de Miguel Tellado, le puso un examen no menor «y lo superó con creces». Ya para entonces venía ejerciendo de portavoz sustituta del Partido Popular tras los habituales «maitines» de todos los lunes y comenzaba a ser un rostro reconocible del partido.
Mujer y joven
Un perfil que gustaba mucho en Génova y aunaba dos características incuestionables a su favor, esto es, mujer y joven. Y es que una de las conclusiones a las que llegó el PP en la resaca de las elecciones generales del 23-J era la desafección hacia sus siglas de las mujeres, un segmento de población entre el que no tenía muchos votantes. «Y como no nos faltaba cantera» en noviembre de ese año el líder del PP acometió una remodelación de su comité ejecutivo al que incorporó cuatro mujeres, entre ellas Muñoz, en calidad de vicesecretaria de Sanidad y Educación.
Natural de León, cursó la carrera de Derecho entre La Coruña y un máster en derecho internacional en Murcia. Antes de su salto Congreso de los Diputados se batió el cobre en el Senado en la legislatura 2015-2019 y tras salir de la Cámara Alta fue el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien la apadrinó políticamente al nombrarla asesora de presidencia, más tarde delegada territorial de la Junta en León y, en 2022, presidenta del Partido Popular por la misma provincia. Ya en las últimas generales dio el salto a la lista al Congreso como número uno de la candidatura. Comenzaba su ascenso y su buena colaboración con Tellado.
Capitanear a más de 130 diputados y tejer relaciones con el resto de los grupos
Pocos dudan de su capacidad de trabajo y del tono duro que imprimirá a su tareas de portavoz, esta vez, sentada en el escaño a continuación de Feijóo y de Tellado. Pero la portavocía conlleva otras cargas no menores, como es capitanear a un grupo de más de 130 diputados y tejer relaciones con el resto de los partidos con representación en la Cámara. Un trabajo interno no siempre fácil. Le han puesto otro examen «y Alberto está convencido que lo superará».
PUBLICIDAD