Los veranos españoles ya no son lo que eran y, debido al avance del cambio climático, sabemos que ahora llegan cada vez antes, duran más y se tornan más abrasadores. Tanto es así es que la necesidad de encender el aire acondicionado y los ventiladores ha dejado de ser un gesto ocasional para convertirse en un gasto estructural, casi que de pura supervivencia, en los hogares españoles. Según apunta un informe de la consultora financiera Raisin, el incremento de episodios de calor extremo está elevando la factura eléctrica de las familias españolas en unos 2.546 millones de euros al año. Si antes una familia gastaba una media anual de 130 euros en aire acondicionado, ahora esa cantidad se ha incrementado en 134 euros, situando el gasto en este concepto en 260 euros anuales, el doble.
El gasto anual por familia en aire acondicionado se ha duplicado: de los 130 euros ha pasado a 260
«A medida que los veranos se vuelven más cálidos, con más noches tropicales y una época estival más prolongada, la demanda de aire acondicionado crece, y con ella también el consumo eléctrico. En consecuencia, el cambio climático está afectando directamente a los bolsillos de los españoles», concluye el informe.
El estudio, presentado esta misma semana mientras España atraviesa una abrasadora ola de calor, recuerda que el cambio climático ya ha añadido al menos cinco semanas más al año con temperaturas típicas del verano y que, por lo tanto, está obligando a poner en marcha durante más tiempo los mecanismos de refrigeración de los hogares españoles. Dicho de otra manera, si antaño el aire acondicionado se ponía en marcha solo en julio y agosto ahora, debido al avance del calentamiento global, ya son muchas las familias españolas que se ven obligadas a encender estos aparatos desde el mes de mayo hasta prácticamente finales de septiembre para hacer frente a las temperaturas extremas. Estos días, sin ir más lejos, se están registrando temperaturas por encima de los 35 grados en cientos de municipios españoles, máximas por encima de los 40 grados en algunos puntos y mínimas que no bajan de los 25 grados en infinidad de localidades.
«La climatización del hogar ya no es un capricho veraniego, es una necesidad básica para millones de familias»
«La climatización del hogar ya no es un capricho veraniego, es una necesidad básica para millones de familias», advierte Marta Pinedo, directora de Raisin España. El problema, añade, es que este recurso esencial se activa justo en los momentos de mayor coste energético, lo que dispara aún más la factura eléctrica de los hogares durante los episodios de calor extremo.
«A diferencia de otros electrodomésticos, el aire acondicionado no se puede programar para las horas más baratas. Se usa cuando más calor hace, y eso suele coincidir con las franjas más caras del día», comenta. «Si a esto le sumamos que el verano es más largo y las noches ya no refrescan, el impacto en la factura energética y en los ahorros familiares es cada vez mayor«, añade la portavoz de la entidad que ha elaborado este informe, en el que también se calcula que, de seguir así, «para 2050 los hogares podrían estar gastando otros 70 euros más al año en aire acondicionado».
Soluciones estructurales
Los hogares españoles no son los únicos afectados por este fenómeno. En Italia, un estudio de la consultora Nomisma Energía cifra en 300 euros anuales el sobrecoste medio por hogar debido al aumento del uso de aire acondicionado. En Estados Unidos, el Departamento de Energía calcula que el aire acondicionado representa ya cerca del 12% del gasto energético total de los hogares del país, con un peso creciente en las regiones del sur, donde las olas de calor son más intensas y prolongadas. A nivel mundial, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la demanda de aire acondicionado podría triplicarse para 2050, especialmente en países con climas cálidos y economías en desarrollo donde el calentamiento global avanza a pasos agigantados.
La Agencia Internacional de la Energía estima que la demanda de aire acondicionado podría triplicarse para 2050 debido al avance del calentamiento global
Ante este escenario, los expertos piden apostar por «soluciones estructurales» que permitan amortiguar el impacto de las altas temperaturas en las ciudades. Eso pasa por cuestiones como, por ejemplo, mejorar la planificación urbana, ampliar la presencia de espacios verdes y cambiar el tipo de materiales utilizados para la construcción para que no absorban tanto el calor. También son muchas las voces que reclaman avanzar una «climatización sostenible», que dependa menos de aparatos individuales y más de infraestructuras comunitarias eficientes. Este factor es especialmente importante ya que, según señalan varios informes, el uso desbocado de aire acondicionado puede aumentar el consumo eléctrico, que en muchos casos depende de combustibles fósiles, y así generar aún más emisiones que retroalimentan el calentamiento global.
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