Ni los corredores, que llegaron este miércoles a Lille, de diferentes partes del mundo -la mayoría vía Toulouse o Barcelona desde Andorra- podían imaginar que en la capital de la Alta Francia se iban a encontrar con un microclima diferente al de los letreros de las autopistas francesas: “canícula, hidrátense”. En el exterior más de 38 grados, en un país donde el aire acondicionado no es lo suyo, una temperatura que asustaba si se pensaba pasar tres semanas en bici. Sí, el Tour comienza este sábado en la ciudad francesa más al norte del país que recibió a los corredores con lluvia y apenas 24 grados.
El Tour rodará a partir del sábado, pero los corredores tenían que llegar este miércoles a Lille porque así lo indica el reglamento y porque desde los tiempos oscuros que azotaron a este deporte es obligatorio pasar todo tipo de controles antidopaje antes de recoger el dorsal oficial de la carrera. Todos duermen a las afueras de la ciudad, algo habitual en las grandes salidas del Tour. Dentro de un año, en Barcelona, Castelldefels será la localidad de pernocta de los participantes en la ronda francesa de 2026.
La alineación del Movistar. / MOVISTAR TEAM
En total serán 184 los participantes, que se repartirán en 23 equipos formados cada uno de ellos por ocho ciclistas y sólo 10 correrán con nacionalidad española, enrolados en cinco escuadras (Movistar, Arkéa, Cofidis, Ineos y UAE). Será la segunda participación más baja puesto que en 2022, en la primera victoria de Jonas Vingegaard, sólo se inscribieron nueve corredores nacidos en España.
Lejos quedan de los 43 que se apuntaron en 2003 al Tour del Centenario, donde permanece borrada la victoria de Lance Armstrong, o los 41 que participaron en la edición de 2007, la primera que ganó Alberto Contador. Ahora serán sólo el 10 por ciento de los inscritos, aunque con mejores perspectivas que en Tours precedentes.
El recuerdo de 2023
El año pasado no hubo victorias de etapa españolas porque prácticamente todo el botín se lo llevó Tadej Pogacar, con seis triunfos y en el resto de las jornadas predominó el poderío de los velocistas. En 2023, en cambio, resurgió el ciclismo español que llevaba desde 2018 sin levantar los brazos. En aquella edición lo hizo Omar Fraile, que a final de temporada se retira del ciclismo profesional. Hace dos años ganaron Pello Bilbao, Ion Izagirre y Carlos Rodríguez.

La alineación del Ineos. / INEOS GRENADIERS
Dos de ellos –Bilbao no participa este año- volverán a tener números para ganar en alguna escapada, que será el principal territorio para que vuelva a brillar el ciclismo español. Izagirre corre el Tour con Álex Aranburu en el Cofidis. Rodríguez, por su parte, será uno de los máximos activos del ciclismo español en este Tour. Aspira a quedar entre los cinco primeros y a luchar por un triunfo importante de etapa tal como hizo en la victoria de 2023 en Morzine por delante de Pogacar y Vingegaard.
Los objetivos
Enric Mas, jefe de filas del Movistar, llega a Lille en una buena forma, tal como demostró hace un par de semanas en la naciente Andorra Clàssica y con el empeño de acabar entre los 10 primeros de la general. En el conjunto de Telefónica también figuran los españoles Iván Romeo, Pablo Castrillo e Iván García Cortina. Los dos primeros debutan con opciones de destacar en escapadas y en la montaña. Romeo es ahora uno de los mayores activos del ciclismo español. El domingo pasado se anotó la victoria en el Campeonato de España disputado en Granada, bajo un clima absolutamente diferente al que hay ahora en Lille.
En el Arkéa francés concurren Raúl García Pierna y Cristián Rodríguez. Marc Soler, único catalán del Tour, llega a la prueba como uno de los principales apoyos de Pogacar en el UAE para conseguir una cuarta victoria en la carrera.
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