El Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) es el brazo innovador que las organizaciones del sector crearon en 2004, cuando el mercado digital irrumpió con fuerza atronadora en la comercialización y las ventas de camas. Hace unas semanas, el empresario Fede Fuster asumió la presidencia y tomó así el relevo de otro conciudadano de Benidorm, Javier García, vicepresidente del grupo Magic Costa Blanca.
El nuevo presidente lo es también de Hosbec, la patronal hotelera de la Comunidad Valenciana, y de esta manera, la capital turística de la provincia de Alicante conserva la llave de un instituto que, en los últimos años, ha proyectado la experiencia del “hotel del futuro” en establecimientos del país. Y es precisamente esa idea, la de escalar iniciativas la que encaja como un guante en la personalidad y trayectoria profesional de Fuster.
El CEO de la cadena Climia Hotels reconoce que tiene ese punto “techie” (término derivado de la palabra tecnología para referirse a toda persona que muestra un gran interés por este sector) de toda la vida. De hecho, entre sus responsabilidades en la empresa conserva la dirección de la parte de servicio técnico junto a la parte de reformas o interiorismo, porque reconoce que disfruta de ese tipo de trabajos. Como otros muchos empresarios que vienen de familia hotelera, Fede Fuster pasó los veranos de su juventud pasando por los distintos departamentos. “Trabaja y ayudaba”, recuerda, pero fue explorando esa parte de montaje y arreglos, donde más disfrutó y la dirección del ITH le recuerda a esos momentos.
Fede Fuster y Javier García, durante la asamblea de ITH en la que se produzco el relevo. / INFORMACIÓN
Extender los avances
De aquellas aventuras, queda un rastro palpable en su compañía. El empresario benidormense empezó a trabajar en el Grupo Fuster Hotels (GF Hotels) en 2008 y el año pasado una de sus decisiones fue alinear valores, objetivos y marca. Así nació Climia Hotels, la firma bajo la que opera dos establecimientos hoteleros y un tercero de apartamentos) y con la que trata de trasladar esa idea de modernidad y sostenibilidad con la que riega muchas de sus intervenciones.
Este licenciado en Administración de Empresas y Marketing sucede en la empresa a su su tío Jaume y su padre Roc, dos de los empresarios que protagonizaron el boom turístico de Benidorm y que dio origen a Hosbec, una de las patronales más influyentes de la Comunidad Valenciana.
“Cómo puede ayudar la tecnología al sector es la pregunta que nos hacemos”, comenta para explicar cuál es el objetivo del ITH. “Nos sirve para medir, para aportar muchos datos y romper ese relato de postureo y ruidos”, comenta. Fuster es una persona que habla sin tapujos sobre la turismofobia. Le preocupa y mucho que cale ese discurso interesado y de intereses por determinados grupos políticos.

El nuevo presidente del Instituto Tecnológico Hotelero. / Rafa Arjones
Acostumbrado a hablar de la “industria de la felicidad”, considera que hay modelos exportables o, al menos, iniciativas que ayudarán a los establecimientos a mejorar su productividad. Ahí entra en juego la inteligencia artificial, sobre la que muestra un interés y un conocimiento por encima de la media. No se trata de decir que ha venido para quedarse, sino que Fuster es uno de esos profesionales a los que le gusta ir u paso más allá y buscar esa utilidad final.
Su pragmatismo se alimenta de cultura asociativa a con iniciativas concretas en cada paso y es fácil que, al igual que le gusta “testear” las herramientas que quiere democratizar como la plataforma colaborativa de análisis de datos como Biotrend -con sello Benidorm/ Hosbec – o Bigreen de eficiencia energética para establecimientos y con origen en el ITH. Y es que es ese extra a la hora de restar tareas repetitivas, de dibujar perfiles, de llevar la comodidad a otro nivel lo narra con entusiasmo, porque Fuster, como otros empresarios de segunda y tercera generación hotelera de la provincia de Alicante, ha vivido y disfrutado del éxito de una cultura asociativa.
El nuevo presidente de ITH sabe, por tanto, manejar tiempos y ha aprendido de sus antecesores en Hosbec a combinar la reivindicación (el caso del no a la tasa turística en la Comunidad Valenciana fue el más sonado) con la construcción del relato, uno que significa luchar cada equis semanas con el sensacionalismo de la prensa británica o con tener que demostrar que se puede consumir menos agua en una ciudad con más turistas.
Por último, una cualidad de fondo: el deporte y la competición. Fuster es un gran aficionado a las motos acuáticas, llegó a participar en campeonatos, y aunque ahora está fuera de este circuito, conserva el gen por superarse lo que le ha convertido en un empresario resiliente.
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