Los microplásticos, esos fragmentos invisibles de polímero que se cuelan en el aire, el agua y los alimentos que ingerimos, lo están invadiendo todo y, según señalan decenas de estudios, ya se están asentando en todos los rincones de nuestro cuerpo. Se han encontrado en la sangre humana, en la leche materna y hasta en órganos como el hígado, los riñones, los pulmones y el cerebro. Por si no fuera suficiente, ahora un nuevo análisis liderado por la Universidad de Murcia desvela la elevada presencia de microplásticos en los fluidos reproductivos humanos. Según apuntan este trabajo, el 55% de las muestras de semen analizadas y casi el 70% de las de fluido folicular contienen restos microscópicos de estos residuos. «No nos sorprendió tanto el hallazgo en sí de microplásticos, ya que es algo que ya se había visto en otros estudios, sino lo comunes que son en los fluidos reproductivos«, explica el doctor Emilio Gómez-Sánchez, autor principal del estudio.
El análisis, presentado este miércoles durante el congreso anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) de París, se centró en el estudio de muestras de esperma de 22 varones y del fluido folicular de 29 mujeres. En cada caso, según relatan los expertos, se recogieron las muestras, se almacenaron en recipientes de vidrio para evitar la contaminación externa y se analizaron utilizando técnicas de microscopía infrarroja láser.
Los resultados de este proceso mostraron de forma irrevocable que la presencia de microplásticos en los fluidos reproductivos ya no es una anomalía sino que se trata de algo muy común. Los expertos afirman que en más de la mitad de los casos analizados se encontraron concentraciones de microplásticos significativas. En las muestras de semen, más de la mitad contenían residuos. Y en las de fluido folicular, casi el 70%.
«Es posible que afecten a la calidad de óvulos o espermatozoides, pero aún no tenemos pruebas concluyentes en humanos»
El hallazgo, más allá de constatar la elevada presencia de estos residuos microscópicos en el cuerpo humano y mostrar cómo de comunes son en los fluidos reproductivos, también abre interrogantes sobre cómo estas partículas de polímero podrían afectar a la fertilidad humana. En estudios de laboratorio con animales, la exposición a microplásticos ha sido relacionada con procesos de inflamación, daños en el ADN, envejecimiento celular y alteraciones hormonales. «Es posible que afecten a la calidad de óvulos o espermatozoides, pero aún no tenemos pruebas concluyentes en humanos», advierte Gómez-Sánchez, quien adelanta que para intentar responder a esta incógnita su equipo planea realizar un estudio en profundidad con más pacientes.
Medidas de precaución
La presentación de este trabajo ha sido muy sonada entre la comunidad científica. Sobre todo por lo contundentes que resultan sus hallazgos. «Los resultados de este estudio no sorprenden, pero sí preocupan. Se han detectado microplásticos en órganos reproductores en una proporción alta. Es un estudio preliminar, pero refuerza lo que ya apuntaban otras investigaciones», comenta Rita Vassena, exdirectora científica del Grupo Eugin, en declaraciones al Science Media Centre España (SMC), donde también hace hincapié en la necesidad de impulsar estudios complementarios que analicen, por ejemplo, marcadores de inflamación. En esta misma línea se posiciona Rocío Núñez Calonge, directora científica del Grupo UR Internacional y coordinadora del Grupo de Ética de la Sociedad Española de Fertilidad, quien también destaca la importancia de ahondar en la capacidad de los microplásticos de transportar contaminantes adicionales como metales pesados o compuestos orgánicos persistentes.
«Estos resultados deberían reforzar el debate sobre el uso excesivo de plásticos en la vida cotidiana. Aunque aún no entendemos del todo sus implicaciones, no podemos ignorarlos»
«Estos resultados deberían reforzar el debate sobre el uso excesivo de plásticos en la vida cotidiana. Aunque aún no entendemos del todo sus implicaciones, no podemos ignorarlos«, comenta Carlos Calhaz-Jorge, expresidente de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE). En este sentido, son muchos los expertos que, mientras reclaman más estudios sobre la cuestión, también insisten en la necesidad de aplicar el «principio de precaución» y minimizar, en la medida de lo posible, la exposición a los microplásticos. Entre las recomendaciones más repetidas destaca evitar la exposición directa a microplásticos como la purpurina sintética y los exfoliantes con polímeros, la reducción de alimentos ultraprocesados envasados en plástico y no reutilizar botellas de plástico para evitar así la ingesta del material degradado.
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