Hay jugadores que marcan una época en un club, y hay otros jugadores que pasan sin pena ni gloria. A veces, en el mundo del fútbol parece no haber término medio. Todo es negro o blanco. Pero las circunstancias cambian, y así el rendimiento de los futbolistas.
¿Os acordáis de Malcom? Es un buen ejemplo. El delantero brasileño aterrizó en Barcelona en el verano de 2018 procedente del Girondins de Burdeos tras una importante inversión de 41 millones de euros del club azulgrana para reforzar la parcela ofensiva.
Malcom celebra su gol ante el Real Madrid en las semifinales de Copa del Rey de 2019 / Agencias
Llegaba después de que el Girondins cancelará a última hora su traspaso a la Roma, cuando el jugador ya se encontraba en el aeropuerto de camino a su nuevo destino. Una de estas insólitas situaciones que en algunas ocasiones se viven en Can Barça.
Y es que la mejora de la oferta a última hora de la entidad culé provocó este paso atrás del Girondins, que incluso había hecho público un principio de acuerdo con el club italiano. Finalmente, Malcom fichó por el FC Barcelona en lo que parecía una apuesta de presente pero sobre todo futuro de los azulgranas.
Paso decepcionante
Cabe descartar, además, que no llegaba con el beneplácito de Ernesto Valverde, entrenador del Barça en ese momento. El técnico extremeño prefería el fichaje de Willian, sin embargo, las dificultades en la operación frustraron esta incorporación y se optó por Malcom.
Ya empezaba mal, pero acabó peor. Malcom pasó por el Barça sin pena ni gloria por el escaso protagonismo que tuvo durante su primer y única temporada como azulgrana. Disputó 1068 minutos repartidos en 24 partidos, en los que logró cuatro goles y dos asistencias.
Seguramente, los culés tengan en su memoria pocos recuerdos positivos del extremo brasileño en el Camp Nou. Quizás, sus mejores momentos como azulgrana fueron el tanto frente al Inter de Milán en la fase de grupos de la Champions League o el gol contra el Real Madrid en Copa del Rey.
Pero de poco sirvió. Tan solo un año después de su llegada, Malcom hizo las maletas dirección Rusia para jugar en el Zenit de San Petersburgo. Quería más oportunidades y en el Barça era complicado por la competencia en la delantera. Eso sí, el club azulgrana recobró la inversión realizada en su fichaje al venderlo por 40 millones, más cinco en variable.

Malcom con el Zenit de San Petesburgo / EFE
Otra vez en el foco
La vida da muchas vueltas y Malcom vuelve a ser protagonista. Esta vez en las filas del Al Hilal. El atacante brasileño fue autor de uno de los tantos y una pieza fundamental en la victoria sobre el Manchester City en los octavos de final del Mundial de Clubes.
Es una de las estrellas del equipo saudí, y lo volvió a demostrar. Malcom fue uno de los verdugos de Pep Guardiola en toda una manifestación del fútbol que tiene en sus botas. Sin lugar a dudas, esta novedosa competición puede ser un escaparate y el brasileño está demostrando que tiene nivel para jugar en la élite del fútbol.
Pese a fracasar en su aventura en Barcelona, Malcom es un futbolista con talento y quiere coronarse en el Mundial de Clubes junto al Al Hilal. ¿Será la revelación del torneo?