Menos de un año después de su multitudinaria inauguración, cuando medio Madrid y parte de la otra mitad se dio cita en el pequeño local de Lavapiés, Pablo Iglesias acaba de anunciar el cierre definitivo de la Taberna Garibaldi. Anunciado como un lugar «solo para rojos» y un refugio contra el fascismo, el bar subió su valla por última vez el pasado domingo 29 de junio. El adiós, no obstante, no será tal; sino un hasta luego.
El plan del exlíder de Podemos y sus socios, una vez recaudados los fondos necesarios a través de la campaña de crowfounding lanzada en los últimos meses, es reabrir el negocio en un establecimiento más grande ubicado en otro punto de la capital. «Han sido meses de celebración, intensidad y cultura en libertad», recapitula Iglesias en una publicación compartida en redes este lunes.
«Como ya sabéis, nos mudamos a otro lugar», apunta el que fuera fundador de la formación morada, «gracias a nuestro Crowfunding en el que nos habéis apoyado mucho más de lo que hubiéramos esperado». Antes de dar a conocer el nuevo emplazamiento, sin embargo, el equipo detrás de la Garibaldi – el cantautor Carlos Ávila, el poeta Sebastián Fiorilli y el propio Iglesias- va a disfrutar de «unas vacaciones bien merecidas«.