el riesgo de las ‘piscinas naturales’ y cómo bañarse seguro en la montaña

Con la llegada del calor abrasador, la montaña se convierte en un refugio para muchos, y las denominadas «piscinas naturales» son el destino elegido para un refrescante chapuzón. Sin embargo, lo que promete ser un alivio idílico se ha transformado, en varias ocasiones, en una trágica realidad. Diversos accidentes, algunos con desenlace fatal, han reabierto el debate sobre la seguridad de estas zonas de baño y la precaución que deben extremar los bañistas.  

Dos tragedias recientes que encienden las alarmas  

La provincia de Huesca ha sido testigo de dos trágicos sucesos en los últimos días. El pasado martes 24 de junio, un joven de 22 años de Monzón falleció ahogado en el popular Salto de Pozán de Vero, en la comarca del Somontano. Esta cascada artificial en el río Vero, un punto de encuentro de bañistas desde que se reguló el acceso al Salto de Bierge en 2017, ya había sido escenario de otra tragedia en agosto de 2013, cuando otro joven de la misma edad perdió la vida tras resbalar.

Apenas dos días después, este jueves, un hombre de 48 años de nacionalidad estadounidense falleció en una poza del río Cinca, en el término municipal de Salinas de Bielsa. Sus acompañantes alertaron al 112, pero lamentablemente no se pudo hacer nada por salvar su vida.

La imperiosa necesidad de precaución: Consejos de expertos  

Ante este escenario preocupante, las autoridades y expertos insisten en la importancia de la prudencia extrema al realizar actividades de ocio en entornos fluviales. Lo primero y fundamental es verificar si la zona está autorizada para el baño. No todas las «piscinas naturales» son aptas y desconocer las condiciones del lugar puede tener consecuencias fatales.  

«Las zonas con agua pueden darnos sorpresas»

Teniente Baín Gutiérrez, Jefe del GREIM de Jaca

El Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil subraya que las pozas pueden presentar profundidades variables y albergar objetos o rocas ocultas en el fondo que no son visibles desde la superficie. Además, advierten sobre las superficies resbaladizas en el entorno rocoso y húmedo, especialmente al entrar o salir del agua, y la existencia de corrientes impredecibles, incluso en aguas aparentemente tranquilas, que pueden generar peligrosos cambios subterráneos o repentinos de caudal.

Las advertencias de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)  

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, emite cada verano una serie de advertencias y recomendaciones cruciales para un baño seguro en ríos, lagos y embalses. En una reciente nota de prensa, la CHE es clara: «En los ríos y embalses puede haber corrientes impredecibles». Aunque el baño es un uso común contemplado en la Ley de Aguas y no requiere autorización para practicarse en el Dominio Público Hidráulico, bañarse en estos entornos naturales entraña peligros que deben conocerse.

La CHE desaconseja el baño específicamente cerca de los órganos de desagüe de las presas, en canales y balsas, y especialmente debajo de centrales hidroeléctricas, donde el caudal del río puede variar súbitamente y se obliga a los concesionarios a instalar carteles de advertencia en estos tramos. También se recomienda evitar el baño en algunos espacios protegidos y junto a ciertas captaciones de abastecimiento. Incluso en las zonas de baño oficiales, se puede desaconsejar el baño cuando la calidad microbiológica u otros parámetros inspeccionados en el agua no son adecuados.

La seguridad es tu responsabilidad: elige zonas de baño oficiales  

La CHE insiste en que el río es un medio natural que, por su propia dinámica, entraña una peligrosidad que se debe conocer. Por ello, es absolutamente desaconsejable saltar al río desde altura (rocas, presas, puentes, árboles, etc.). También se aconseja evitar zonas con presencia de algas de naturaleza desconocida, ya que algunas pueden ser tóxicas.

HUESCA LA MAGIA

La presa de Isín, en el Alto Gállego, es una de las más concurridas

Para garantizar la seguridad y la calidad del agua, la CHE recomienda encarecidamente el uso de las zonas de baño oficiales declaradas por las Comunidades Autónomas. En estos lugares se realizan controles periódicos de la calidad del agua y se prestan una serie de servicios a los bañistas, asegurando un alto nivel de protección.

En cualquier caso, independientemente de la señalización o los avisos existentes, la máxima prudencia es siempre la mejor aliada. Las condiciones de estos entornos pueden cambiar rápidamente, generando situaciones de peligro inesperadas.

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