El cocinero de la cárcel de Brieva (Ávila) investigado por hacer favores a Ana Julia Quezada niega rotundamente en su declaración ante el juez haber mantenido relaciones sexuales con la asesina. Asegura que desconocía por completo que ella gozara de privilegios en prisión ni que tuviera un teléfono escondido en su celda.
El hombre tuvo que reconocer, eso sí, que llamó por teléfono a la novia de Ana Julia al menos en una ocasión, como sabe la Guardia Civil por el registro de llamadas de su móvil. Ante el magistrado del juzgado de instrucción 4 de Ávila, el que fuera cocinero de la prisión abulense, hoy ya jubilado, admitió haber hablado con la pareja de la asesina «una vez», pero asegura que lo hizo para hacerle un favor a Ana Julia, según ha sabido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.
«Que la echa de menos»
Según declaró el viernes pasado, Ana Julia le pidió que llamara a su pareja, una joven catalana que visitaba a la asesina en prisión y tenía vis a vis con ella, y le dijera que la echaba mucho de menos. También que pidiera a la mujer de su parte que le llevara «ropa de invierno» para abrigarse mejor dentro de prisión. El cocinero hizo lo que le solicitó Ana Julia sin obtener nada a cambio por ello, según dijo ante el juez.
Su versión es radicalmente distinta a la que dio la novia de Ana Julia en su declaración a la Guardia Civil y ratificó ante el juez el viernes. La joven asegura que «en septiembre de 2023 contactó conmigo un funcionario llamado Antonio (el cocinero) con el objetivo de que le diese un teléfono antes de que realizase la visita» a Ana Julia en prisión.
Internet, llamadas y mensajes
La pareja sentimental de la asesina afirma que «el uno de octubre de 2023 quedamos en el aparcamiento que hay frente al Hostal La Colmena«, cerca de la prisión de Brieva, y «le entregué el teléfono con su tarjeta SIM, el cargador y unos auriculares«. La mujer añadió en su declaración que «el teléfono era propiedad de Ana Julia antes de entrar a prisión (un terminal de la marca Samsung), aunque lo tenía yo. Y la tarjeta la compré yo y era de prepago«.
La novia de Ana Julia ofreció más datos sobre cómo y cuánto disfrutó la asesina de ese privilegio prohibido dentro de los muros de la cárcel de Brieva: «Este teléfono tenía conexión a internet y mientras Ana Julia lo tuvo ambas nos comunicábamos a través de él tanto por llamadas como por aplicaciones de mensajería«.
Revista de celdas
La joven catalana explicó que Ana Julia dispuso de él hasta el 24 de noviembre de 2023″. Ese día, el otro funcionario investigado, «Santiago le pidió que le entregase el teléfono para que no se lo encontrasen» porque «iba a hacer una revista (requisa) de celdas».
Después de que, en mayo de 2024, Patricia Ramírez denunciara que la asesina de su hijo Gabriel estaba recibiendo trato de favor en la prisión, la propia Ana Julia reconoció haber disfrutado de un móvil durante meses. Quezada contó a un educador de la cárcel que había usado ese dispositivo entre otras cosas para grabar las relaciones sexuales que había tenido en su celda con «el funcionario Santiago», del que aseguró tener «vídeos en ropa interior».
«Una víctima»
El educador que se entrevistó entonces con la asesina también declaró el viernes pasado en el juzgado de Ávila. A preguntas del juez, recordó cómo en esa reunión Ana Julia «chantajeó con sacar las imágenes del funcionario a la luz» y «amenazó con hundir al centro y a su dirección».
En aquella entrevista con el educador, Ana Julia le habría detallado que las relaciones íntimas con el funcionario eran «consentidas». El educador aseguró ante el juez que «solo al final de la reunión», la asesina varió su versión para apuntar que el funcionario podría haber cometido un delito, del que ella habría sido la víctima.