Galicia vive este lunes el que, previsiblemente, será el último día de la intensa ola de calor que lleva días marcando los termómetros de la comunidad. Con temperaturas que volverán rondar los 40ºC a orillas del Miño, especialmente en la provincia de Ourense, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) mantiene avisos amarillo y naranja por temperaturas extremas en el interior de Galicia. También continúan los niveles de alerta 2 y 3 del Plan de actuaciones de la Xunta frente a los efectos de las altas temperaturas sobre la salud.
Las noches tampoco dieron tregua: durante el fin de semana muchas localidades registraron mínimas por encima de los 20ºC (noches tropicales), e incluso por encima de los 25ºC, las conocidas como noches ecuatoriales, caso de Fornelos de Montes y Xesteiras, en Cuntis.
El tiempo en Galicia esta semana
Según Meteogalicia, este lunes estará marcado de nuevo por el calor, especialmente en el centro y sur de Galicia, mientras que en el norte y en la costa las nubes bajas contribuirán a suavizar las temperaturas. Las máximas experimentarán un ligero descenso, pero aún se mantendrán muy elevadas.
La situación comenzará a cambiar progresivamente a partir del martes, cuando se mantendrá aún la influencia anticiclónica y el aire cálido procedente del sur. Se esperan cielos despejados en general, con nieblas costeras en el noroeste y posibles chubascos tormentosos por la tarde en el este de la comunidad. Las temperaturas permanecerán sin grandes cambios, aunque se espera una leve bajada.
Este martes se espera una leve bajada en las temperaturas máximas que se esperan por debajo de los 30 grados en Santiago / Antonio Hernández
Giro en el tiempo a partir del miércoles
El miércoles, marcará un punto de inflexión: un frente poco activo se acercará por el norte, dejando cielos cubiertos y lloviznas, y producirá un descenso notable de las temperaturas máximas, que podrá superar los 12 grados de diferencia respeto a las registradas estos días. Los vientos, de componente norte, serán moderados en el interior y fuertes en el litoral atlántico. A partir de entonces, Galicia quedará transitoriamente bajo la influencia de bajas presiones, lo que aumentará la probabilidad de precipitaciones débiles y mantendrá la tendencia de descenso térmico.