El PSOE tenía claro que Santos Cerdán no iba a reconocer este lunes ante el Tribunal Supremo ninguna de las prácticas corruptas que le achaca la UCO en el informe que precipitó su salida como secretario de Organización. Los colaboradores de Pedro Sánchez aseguraban estar tranquilos. Cerdán, al igual que hizo la semana pasada José Luis Ábalos, su antecesor en el partido y exministro de Transportes, no iba a implicar ante a ningún nuevo cargo socialista e iba a negar su participación en la trama corrupta para cobrar mordidas a cambio de adjudicaciones de obra pública. Pero las mismas fuentes no contaban con la entrada en prisión provisional del hasta hace dos semanas y media número tres del PSOE, una decisión reclamada por la Fiscalía, y ordenada después por el juez Leopoldo Puente, que ha provocado que se dispare la tensión en el partido, a la espera de los cambios que Sánchez anunciará en el Comité Federal del próximo sábado en Madrid.
El ingreso en la cárcel de Cerdán, que durante la declaración se presentó como “víctima”, argumentando que su proceso obedece a una venganza por haber negociado la ley de amnistía con Junts, aumenta la tensión en el partido y da alas a quienes consideran, entre ellos varios líderes territoriales, que la legislatura no podrá llegar hasta la segunda mitad de 2027, como quiere Sánchez.
La preocupación no viene tanto por lo que pueda contar el exsecretario de Organización a partir de ahora, ya que tanto en la Moncloa como en la dirección del PSOE aseguran estar convencidos de que la trama corrupta se reduce al “triángulo tóxico” formado por Cerdán, Ábalos y Koldo García, su mano derecha. Sobre todo, obedece a una cuestión de imagen. “Es demoledor ver entrar en prisión a quien hasta hace menos de 15 días llevaba las riendas del partido”, señala un barón socialista. “¿Podemos aguantar así? Es muy difícil, porque vamos a seguir recibiendo malas noticias por parte de los tribunales”, añade otro dirigente.
Extremadura y Navarra
Y no es solo Cerdán. La jornada de este lunes fue especialmente adversa para el Gobierno y el PSOE. Mientras Sánchez y varios de sus ministros se encontraban en Sevilla, participando en la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas, el foco se encontraba en el Supremo, pero también en Extremadura, donde el Tribunal Superior de Justicia tumbó el aforamiento de Miguel Ángel Gallardo, líder del PSOE en esta autonomía e imputado en el proceso sobre el puesto público del que disfrutó David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno. Y en Navarra, donde la presidenta, la socialista María Chivite, se vio forzada a dar explicaciones sobre las adjudicaciones en las que participó Cerdán.
“Así es imposible que recuperemos la iniciativa”, señala otro barón del partido, que considera que los “tantos” que se ha apuntado Sánchez en los últimos tiempos, como el acuerdo con la OTAN para que España no se vea forzada a destinar el 5% de su PIB en defensa, “no sirven” para combatir una noticia «tan brutal» como el ingreso de Cerdán en prisión.
Fuentes oficiales del PSOE, mientras tanto, se limitaron a señalar que el partido ya apartó al exsecretario de Organización en cuanto supo de los contundentes indicios en su contra, y que ahora “es el momento de la Justicia”. El propio Sánchez abundó en la misma idea, en un discurso muy preparado. “Nosotros tomamos decisiones con contundencia. Ahora es el momento de la Justicia, que tiene que dirimir cuáles son las responsabilidades. Máxima colaboración”, dijo el jefe del Ejecutivo en Sevilla, junto al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
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