Árbitro, no pite el final que los GOAT se nos van

Gianluigi Donnarumma abraza a Messi después de la eliminación de Inter Miami a manos del PSG. / Associated Press/LaPresse / LAP

Perdonen la afrenta inicial, pero hay que ser bastante estúpido para alegrarse de que Messi o Di María se despidan del Mundial de Clubes. Por lo menos para la generación que hemos crecido soñando ser un cordón de sus botas. Es difícil imaginar el fútbol sin ellos y ellos tampoco saben qué pasará cuando ya no estén. Por eso lo mejor de este Mundial de Clubes es, sin duda, los últimos bailes que puedan dar los veteranos que se irán al retiro o un plano secundario donde saldrán del radar. Con todo, les localizaremos, para ver hasta su última gota de sudor.

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