Ronald Araujo llegó este fin de semana a Barcelona tras pasar sus vacaciones en Uruguay, que aprovechó para casarse con su pareja Abigail Olivera. El central internacional uruguayo de 26 años aterrizó con la intención de avanzar su puesta a punto y trabajar a partir de este martes. Es decir, 12 días antes que el grupo, citado por Hansi Flick para el 13 de julio. Tanto para el entrenador como para Deco, director deportivo culé, Araujo cuenta mucho en su plan, aunque según lo que firmaron club y jugador en su última ampliación de contrato el pasado 23 de enero, este martes 1 de julio, y hasta el día 15 del mismo mes, se abre un período efímero en el que su cláusula de rescisión puede llegar a ser muy golosa para clubs potentes de Europa, ya que durante ese medio mes una hipotética salida del defensa está tasada documentalmente en 60 millones de euros.
Para contextualizar la inclusión contractual de esa moderada cifra para un defensor de su nivel y prestigio, hay que recordar que Araujo fue tentado en el mercado invernal pasado por el Arsenal y, sobre todo, por la Juventus, que quería aprovechar que el zaguero, recién salido de una lesión, había perdido rol ante la titularidad habitual de Pau Cubarsí e Iñigo Martínez en el eje de la defensa culé. Finalmente, tras ganar el Barça la Supercopa al Real Madrid en Arabia Saudí, y después de sus charlas con compañeros de vestuario y de que la propuesta italiana no cuajó, Araujo aceptó renovar con el Barça hasta 2031, sobre todo, a raíz de que, al regreso de Arabia, Deco le trasladó su confianza como pilar de la plantilla.
De hecho, en una reciente entrevista en La Vanguardia, el director deportivo insistió al ser cuestionado por el futuro de Araujo que pretendía “mejorar el equipo, no empeorarlo” y que Ronald era uno “de los mejores centrales del mundo” que había recibido “críticas injustas”, aunque admitió que algún central debería salir “por exceso de jugadores”. Ese comentario no iba, desde luego, por Araujo, muy estimado también por Flick.
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La realidad es que el Barça pretende llegar al 1/1 en su fair play económico por otras vías que no pasan por vender a Araujo, aunque en la junta hay quien sí vería bien una buena venta. Claro que esa cláusula de rebaja efímera que aceptaron en enero, hace apenas medio año, tanto club como futbolista, puede ser un tentador cebo para grandes clubs con urgencias deportivas.