En España, la jubilación se construye a base de años cotizados. La trayectoria laboral determina la cuantía de la pensión, y cualquier interrupción puede tener un impacto negativo en el futuro económico del trabajador. En este contexto, la Seguridad Social ha desarrollado varios mecanismos para proteger a los ciudadanos con lagunas de cotización. Entre ellos, destacan los convenios especiales y la integración de lagunas, a los que se sumarán nuevas ayudas a padres y madres a partir de 2026.
¿Qué es la integración de lagunas?
La integración de lagunas es un mecanismo por el que la Seguridad Social completa los meses sin cotización con una base mínima de referencia. En 2025, esta base es de 1.323 euros mensuales y se aplica durante los primeros 48 meses sin cotización. A partir del mes 49, la cobertura es del 50% de esa base, es decir, 661,50 euros.
Este sistema es fundamental para quienes han sufrido interrupciones laborales involuntarias por desempleo, inestabilidad o motivos personales. Gracias a la integración de lagunas, estas situaciones no reducen drásticamente la futura pensión de jubilación.
Nuevas ayudas para mujeres y padres en 2026
Desde 2026, la Seguridad Social ampliará las ayudas a mujeres que hayan interrumpido su carrera por maternidad o cuidados familiares. Estas podrán integrar hasta 60 meses al 100% de la base mínima y 24 meses adicionales al 80%.
Los padres también podrán acceder a esta ayuda si, tras un nacimiento o adopción, dejaron de cotizar o sufrieron una reducción del 15% en sus aportaciones a la Seguridad Social. Las condiciones varían según si el hijo nació antes o después de 1995, y requieren pruebas de cese de cotización o reducción salarial.
¿Qué es un convenio especial con la Seguridad Social?
Un convenio especial permite al ciudadano cotizar voluntariamente, incluso si no está trabajando. Se trata de un “instrumento jurídico” que sirve para generar, mantener o ampliar el derecho a prestaciones como la jubilación, incapacidad permanente, viudedad u orfandad.
Para suscribirlo, se necesita haber cotizado al menos 1.080 días en los últimos 12 años y encontrarse en alguna de las siguientes situaciones:
- Cese en un trabajo sin estar de alta ni ser pensionista.
- Trabajadores mayores de 65 años exentos de cotizar.
- Personas en pluriempleo que cesan en una actividad.
- Quienes pasan a empleos con menor base de cotización.
- Ex beneficiarios de prestaciones por desempleo.
- Pensionistas a quienes se les haya revocado la pensión.
Cómo elegir la base de cotización
Quien suscribe un convenio especial puede elegir la base sobre la que cotizar. Las opciones son:
- Base máxima de su grupo profesional si cotizó por ella 24 de los últimos 60 meses.
- Base promedio de los últimos 12 meses.
- Base mínima del Régimen de Autónomos (actualmente 960,60 euros mensuales).
- Cualquier base comprendida entre las anteriores.
A la base elegida se le aplica un 28,3% de contingencias comunes y luego un coeficiente del 0,94. Además, en 2025 es obligatorio añadir el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que supone 0,80 puntos porcentuales adicionales.
¿Merece la pena cotizar sin trabajar?
Sí, especialmente en los últimos años antes de la jubilación, que son decisivos para calcular la pensión final. Los convenios especiales permiten evitar lagunas perjudiciales en la base reguladora, y la integración de lagunas garantiza que esos periodos vacíos no tengan un impacto tan severo.
Además, con la ampliación de ayudas en 2026, las mujeres y padres que interrumpieron su carrera por razones familiares contarán con una herramienta legal para recuperar cotizaciones perdidas, mejorando así el acceso a una pensión más digna.